Karina Morán Ortega, de 48 años, se convirtió la noche del jueves en la víctima número 46 de femicidio a nivel nacional, según el Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam).

Este caso alarma a los colectivos de mujeres, como Cepam, pues en menos de un mes tres damas han sido asesinadas en Guayaquil por sus parejas o exparejas. La cifra, según la Policía, es de cinco femicidios en la Zona 8 (Guayaquil, Samborondón y Durán) en lo que va de 2018. En todo el país, el último informe del Ministerio del Interior, de 18 de mayo, cifraba en 31 casos.

El crimen de Morán ocurrió en la cooperativa Nuevo Guayaquil, ubicada en el bloque 9 de Flor de Bastión, y ayer sus vecinos contaron consternados cómo todo se dio en cuestión de minutos y que no se escucharon gritos de auxilio.

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Ellos aseguraron haber visto a Jimer Franco Q., expareja sentimental y vecino de Karina, entrar a la casa a las 21:50 cuando la mujer, que vivía con su nieto de 6 años, estaba con un familiar.

“Ella se quedó sola con él y diez minutos después llegó la hija (de la víctima) y encontró al vecino (Jimer Q.) cerrando la puerta con llave y alejándose, caminando como si nada”, contó una moradora que ayer veía cómo miembros de la Unidad de Muertes violentas buscaban evidencias.

Según los moradores, cuando la hija le preguntó al sospechoso por su mamá, él solo habría respondido que ya estaba dormida.

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“Ella (hija de la víctima) intentó abrir la puerta, pero no lo consiguió y comenzó a llamar a su mamá para que le abriera. Como no respondía, un vecino forzó una ventana y ahí vieron a Karina”, relató otro vecino.

Según las autoridades, el cuerpo de la mujer presenta heridas de arma blanca y huellas de asfixia. Pero los vecinos y Kevin Morán, hijo de la víctima, contaron que la encontraron guindada de una viga con una soga en el cuello.

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Detallaron además que habría recibido un golpe fuerte con una pala en la cabeza. Todo eso habría pasado cuando el nieto de la mujer dormía a pocos metros de la escena.

Pese a la violencia del ataque, los vecinos dicen que Karina aún respiraba cuando la subieron a una camioneta para llevarla al hospital Universitario, ahí se confirmó su muerte.

El supuesto femicida fugó, según los moradores. Ellos contaron que hace aproximadamente un mes la relación se habría terminado.

La familia de Jimer Q., que vive a escasos metros del lugar del crimen, asegura no saber nada de él desde la noche del jueves. Una de sus hijas indicó que Jimer supuestamente recibió una llamada telefónica de la víctima y fue a verla.(I)

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