El 24 de mayo, la marca Cultura Açaí cumplió dos años en el mercado ecuatoriano y para celebrarlo se realizó una exposición fotográfica en Sailor Coffee (Las Terrazas, Samborondón), que mostró paso a paso el proceso del açaí, desde su cultivo, recolección, despulpado, congelamiento hasta las diferentes formas de prepararlo y de comerlo, ya sea en un bol con frutas y cereales y batidos.

El açaí es una fruta pequeña silvestre, del tamaño de una uva, que nace de una palma nativa del norte de la Amazonía de Brasil, en Belem.

El dueño de la marca es Giancarlo Escala Moncayo, de 27 años, que se quedó encantado cuando en 2010, mientras competía en un torneo de jiu-jitsu en Miami, EE.UU., la probó, ya que era muy común que los deportistas la consumieran después de las competencias. Es fuente de antioxidantes y nutrientes, previene el envejecimiento y protege contra enfermedades.

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Escala comenzó a averiguar más el tema, a tal punto que decidió hacer su tesis de Administración en la Ecotec sobre el açaí y viajó a Belem, donde se dio cuenta de que en torno a la fruta había toda una cultura: “Crece de manera silvestre alrededor del río Amazonas, es cosechada de forma artesanal por la gente que vive ahí y la exportan a muchos países”.

Aprovechando la tendencia creciente en gastronomía saludable, decidió traer la pulpa del açaí en el 2016, primero a pequeña escala.

El producto, sellado y empacado, con el diseño que hizo de Cultura Açaí la firma guayaquileña Pulsum Brands, le llega desde Brasil a través de uno de los grandes productores de allá, en cajas de pulpa congelada y en sachet de cien gramos.

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“La verdad es que al principio no lo vi como la oportunidad de un negocio, lo que quería era transmitirle a la gente lo rico del açaí y toda la cultura que hay detrás”, cuenta Escala, que comenzó a promocionarlo y ofrecerlo en ferias y “puerta a puerta” en restaurantes y cafeterías de comida saludable.

Actualmente, entre Guayaquil, Quito, Cuenca, Machala, Manta, Ayampe, Montañita, Salinas y Galápagos hay “unos cien” locales, entre restaurantes, cafeterías y bares que ofrecen preparados de açaí en sus cartas.

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No se trata solo de vender el producto, asegura. “Todos nuestros clientes siempre van a estar respaldados por la marca”, dice al referirse a que dan capacitación para sacar nuevas texturas, nuevas presentaciones, porque tiene que ser bien preparado, por eso es que estratégicamente no se lo vende en cualquier lugar, “cuidamos mucho eso”, asegura el empresario que comenzó con sus ahorros y luego ha recurrido a los préstamos pymes de los bancos. “Al principio es duro, pero luego cuando le vas cogiendo el ritmo comienzas a tener un flujo financiero estable”, comenta Escala. (I)

100
locales aproximadamente, entre cafeterías y restaurantes en varias ciudades del país, ofrecen en sus cartas preparados con pulpa de açaí.

La verdad es que al principio no lo vi como la oportunidad de un negocio, lo que quería era transmitirle a la gente lo rico del açaí y toda su cultura.Giancarlo Escala, empresario