El agua alcanzaba hasta la rodilla, sus enseres debieron alzarlos. Así pasaron varios días por las intensas lluvias registradas a mediados de febrero. Aquello recuerdan Alexandra Baque, Priscila Suárez, Mercedes Orrala y Édison González.

Ellos son vecinos del barrio Santa Elena, Chimborazo y El Salitral, de la comuna San Pablo, ubicados por más de una década al pie del río y estuario del mismo nombre.

Los moradores cuentan que un relleno realizado en la zona ha complicado la situación porque obstruye el cauce natural del estero.

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González, vecino del barrio El Salitral, indicó que la crecida del agua llegó a su tope y tuvieron que romper con palas la berma entre el mar y el estero para que el agua estancada pueda desfogar.

“El agua suele inundar, pero esta vez se mantuvo siquiera desde aquí (al pie del estero) hacia allá, unas tres cuadras”, dijo González.

Alexandra Baque construyó dos muros de contención en los dos accesos a su casa para evitar que el agua entre. Pero en la calle, el agua se estancó por cinco días y atrajo los mosquitos.

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En el fenómeno de El Niño (1998) el caudal del río San Pablo –que coge agua de los cerros cercanos– arrastró el puente de la carretera Punta Blanca-San Pablo. También afectó un muro del laboratorio de larvas Penaeus que se ubicaba junto al límite del estero. Esa contención se volvió a construir y ahora está con un rompeolas.

En septiembre del año pasado, Roberto Aguirre, representante del laboratorio de larvas, ya denunció un supuesto “relleno y taponamiento del estero” que se ubica junto a sus instalaciones.

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La preocupación de ellos, al igual que de vecinos, es que se vuelva a repetir un escenario de 1998, por la aparente disminución del ancho del estero debido al relleno que habría hecho una empresa.

Esa zona “rellenada” hasta la semana pasada estaba con áreas de lodo, pese a que no llovía por varios días.

A partir de esa denuncia, una serie de entidades han inspeccionado el sitio y emitido informes. El 25 de octubre, la Subsecretaría de Acuacultura tras una revisión de imágenes satelitales, carta topográfica del Instituto Geográfico y otros registros históricos elaboró un informe que estableció que se “presenta un taponamiento desde el océano Pacífico hacia el estuario por el relleno de parte del área del estero”.

A su vez, la Secretaría de Gestión de Riesgos señaló de un “estrangulamiento” del canal de desfogue natural, en noviembre pasado.

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La Dirección provincial del Ambiente visitó la zona y puso en conocimiento de la Agencia de Regularización y Control Minera para que evalúe la procedencia del material pétreo con que se habría rellenado.

La Senagua y la Agencia de Regulación y Control del Agua también han inspeccionado el área. Se espera su informe y la ejecución de acciones, según los abogados de Penaeus .

El 21 de diciembre, los representantes del laboratorio presentaron una medida cautelar que la jueza Érika Montiel, de la Unidad Multicompetente de Manglaralto, concedió.

En esa resolución se ordena paralizar la obra que, según los denunciantes y diversos informes, estaría a cargo de Quimanservi, empresa dedicada a actividades acuícolas.

En la medida se ordena a las autoridades locales y la Senagua adopten las medidas “conducentes a la reapertura del cauce natural del agua taponado”. Sin embargo, aún no hay acciones concretas, el área sigue intacta.

Este Diario llamó a las oficinas de Luis Quirola, representante de Quimanservi, el viernes 2, una asistente dijo que no estaba y que se le comunicaría del tema. El lunes 5, un equipo visitó sus oficinas, a las 13:00. Familiares dijeron que se halla fuera del país por salud. No especificaron su regreso. (I)

Apuntes
La secretaria de la comuna de San Pablo, Nancy Quirumbay, explicó que ellos hace dos meses asumieron la dirección de la comuna, por lo que se analiza cada problemática, incluyendo la referida se mantiene en análisis, aunque aclaró que la disposición de tierra rellenada allí ‘sí afecta’. El presidente de la comuna, José Luis Vera, no contestó su celular. (I)