Francisco Carrión Mena, de 64 años, fue canciller entre el 2005 y el 2006, y ha ocupado importantes cargos diplomáticos. Fue llamado por el presidente Lenín Moreno para dirigir la Embajada de Ecuador en Estados Unidos. Ayer presentó sus cartas credenciales en Washington.

¿Qué panorama le ha pintado su antecesor, Francisco Borja?

Me ha dicho que Ecuador tiene que recuperar su presencia e imagen ante EE.UU., cuyas puertas no están muy abiertas que digamos. Voy con la misión de abrir puertas, tenemos que buscar que se abran en temas como comercio, inversiones, cultura, tecnología, conocimiento, etc.

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¿Eso es lo más urgente?

Todo es urgente. Las oficinas diplomáticas deben promover las exportaciones. Si se quiere incentivarlas, debemos generar un ambiente de estabilidad institucional, legal y jurídica.

¿Y cree que hemos mejorado en eso?

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El hecho de que podamos conversar tranquilamente, por ejemplo, con EL UNIVERSO, es una muestra de que esto ha cambiado. En ocho meses, las cosas son diferentes y esto es fundamental para poder vender.

¿Con cuáles estrategias?

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Profundizar con países con los que hay complementariedad económica, no de ideología. Todos tenemos ideología y no es que eso sea malo, pero la ideologización, como en la que cayó el Gobierno anterior, nos hizo mucho daño; llegamos a establecer relaciones con países con los que no tenemos ninguna ventaja comparativa.

Rafael Correa criticó a EE.UU. durante diez años,

Perdimos la oportunidad durante diez años. Vuelvo al servicio exterior luego de ocho. Y me separé, justamente, porque no coincidía con muchas de las posiciones de la época del presidente Correa. Por ejemplo, el ATPDA (preferencias arancelarias), al que renunció el presidente Correa, era una concesión que EE.UU. le daba al Ecuador y a otros países por su lucha contra el narcotráfico. Y el presidente Correa, en un arrebato que tuvo, dijo que no queremos ese beneficio. Hay que ser pragmáticos. Tenemos que quitarnos de la cabeza el complejo. (I)

Esto es simple: si usted tiene un millón de dólares y le dicen que no hay seguridad para venir al Ecuador, no invierte. Nada le obliga a invertir, salvo la seguridad jurídica.Francisco Carrión, embajador de Ecuador en EE.UU.