Una escasez de agua provocada por falta de lluvia y acueductos defectuosos ha estado afectando a los campesinos de Italia y ha abierto la posibilidad de que se aplique un racionamiento en Roma.

El sector agrícola italiano ha sufrido daños por 2.000 millones de euros (2.300 millones de dólares), calculó la asociación del sector Coldiretti. Entre los afectados están los cultivadores de tomates y de uvas, y los empresarios de productos lácteos.

El gobernador de la región de la capital ordenó la semana pasada que no se saque más agua del lago Bracciano, que surte a gran parte de la metrópoli, lo que podría causar cortes de suministro de ochos horas diarias. Las famosas fuentes romanas podrían quedar apagadas.

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En los primeros seis meses de este año llovió apenas 26 días en Roma, comparado con 88 días en los primeros seis meses del 2016. (I)