“Toditos (amigos del barrio) en la infancia han consumido. Robábamos para consumir la H (droga). No nos daba miedo. Cuando no consumes te da abstinencia y eso te obliga a robar a tu familia. Les robé un pocotón de cosas, todo material, y las vendí. Ya no consumo (...). Ahorita me ha ido bien porque ya casi no me junto con los de antes”, cuenta Luis, de 16 años, habitante de un sector de la isla Trinitaria, sur de Guayaquil.

En el barrio de Luis, a cualquier hora y en la vía pública, niños, adolescentes y adultos consumen drogas, sobre todo, la H (hache), que tiene heroína mezclada con sustancias tóxicas como detergente, cemento, pintura, veneno para ratas y otros, según pruebas locales.

Se los ve en esquinas, en parques, en terrenos baldíos, en canchas, debajo de puentes, en malecones y en riberas del Salado, donde hay obras de regeneración urbana del Municipio local y del Gobierno central.

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Ellos inhalan, fuman y se inyectan drogas, pese a que en Guayaquil está prohibido –desde el 27 de abril– el consumo de estas sustancias en la vía y espacios públicos, según establece una ordenanza municipal, que no contempla multas ni tiene un organismo sancionador.

Los malecones, parques y áreas que están en las riberas del estero Salado son sitios predilectos de encuentro de adolescentes y adultos, que se juntan para armar y consumir drogas, como evidenció este Diario en un recorrido realizado por estas zonas, la semana pasada.

El lunes último incluso un joven de 29 años se ahogó en el estero Salado. Él se habría lanzado al agua con los efectos de las drogas, contaron quienes lo conocían. Sus familiares indicaron que la víctima dejó el hogar para vivir en las calles, donde conseguía el alcaloide.

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El cuerpo del hombre apareció a la altura de las calles 14 y la E, en el sector del Cisne II, en el suroeste, donde hay un malecón lineal –con máquinas de ejercicios– que se extiende hasta la zona del malecón de la plaza Cristo del Consuelo.

Un día después, el martes 6, dos jóvenes que estaban en una banca de ese malecón lineal armaban un paquete que ocultaron al ver la presencia de este Diario. “Estaban preparando, envolviendo esas drogas y andaban buscando fósforos, pero ustedes llegaron y los espantaron”, dice un residente.

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“Por aquí consumen día y noche, más en las noches. Desde las 08:00 ya usted los ve aquí consumiendo. Se meten debajo de los árboles, en esas piedras. Aquí son jóvenes y adultos, bastantes, hasta chicas”, indica una habitante que los ve a diario porque usa las embarcaciones de la zona para cruzar, por el Salado, de Nigeria, en la Trinitaria, al Cisne II, en el suroeste.

“Ellos fuman en cantidad y ya medios locos se tiran al agua (...). A veces los corro porque ese humo se me mete a la casa. Es un gajo. Comienzan desde el viernes, sábado y domingo, aunque aquí igual es en cualquier día, más los fines de semana”, afirma otro residente.

Él dice que se sorprende cada vez más porque ve a mujeres de menos de 13 años consumiendo drogas en espacios públicos.

“Vienen, inhalan, queman esas cosas (...). La Policía debe andar de civil para que vean de dónde son, en dónde es que compran la droga, a dónde van, porque después de fumar salen como locos a robar. Y cuando ven de lejos a un policía enseguida gritan: ‘ahí viene, ahí viene’ y desaparecen en un dos por tres”, dice otra habitante.

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Las imágenes de jóvenes consumiendo drogas se repiten en zonas de las riberas del Salado, como la Trinitaria, los esteros Mogollón, Las Ranas y El Muerto; debajo de los puentes de la A, de la 25 y la G y otros, donde al final quedan restos de papeles con sustancias blanquecinas, sorbetes y fósforos.

Habitantes de la coop. Siempre en la Lucha, en la Trinitaria, reclamaron el miércoles último por el cierre de un sitio de rehabilitación, que no tenía permisos de funcionamiento. Ellos sostenían que el lugar ayudaba a jóvenes que se drogaban en las calles a la vista de todos.

“Lo puse aquí porque ya estaba insoportable, se me llevaba las cosas de la casa, la ropa, para vender y consumir. Llegó a las drogas porque tengo otro niño también asimismo, pero está preso”, cuenta Nancy.

Según ella, buscaba salvar a su otro hijo de 17 años, quien empezó a consumir drogas a los 12 junto con su hermano que ahora tiene 18 años y que está preso desde hace seis meses, cumpliendo una pena de tres años de cárcel por robo.

Gustavo Zúñiga, quien el jueves último asistió en representación del Municipio local al Consejo de Seguridad Provincial –el primero liderado por el ministro del Interior, César Navas–, indica que el control en la vía pública es de la Policía.

“La seguridad es un proceso y la seguridad, debemos recordar, la hacemos todos. Hay que colaborar todos, hay que denunciar dónde se está haciendo, para que las fuerzas del orden procedan a retener a las personas”, refiere.

Ledy Zúñiga, secretaria técnica de Drogas (Seted), quien asumió el cargo el pasado 24 de mayo, dice que se está buscando que los municipios aprueben ordenanzas que prohíban el consumo de drogas en espacios públicos. Hasta el jueves último tenían 11 a nivel nacional, incluyendo a Guayaquil.

“Es muy importante el compromiso que podamos tener de los GAD (gobiernos autónomos descentralizados), porque ellos no solo tienen que generar la normativa, sino también verificar su aplicación, asimismo, intervenir los espacios públicos”, sostiene y resalta que están analizando, como el presidente Lenín Moreno dijo, la posibilidad de decretar una emergencia por el consumo de la H.

Cree que en Guayaquil falta mejorar y fortalecer los espacios públicos y de recreación para los jóvenes. Otro tema central, agrega, es robustecer la relación de padres e hijos, mediante campañas dirigidas más a los progenitores, para que puedan identificar riesgos.

Un compromiso que asumieron el jueves último, indica, es la reinserción educativa y laboral de 800 jóvenes que se han recuperado de la adicción, tras la intervención del Estado en 7 circuitos de Guayaquil.

Luis, por ejemplo, llegó hasta séptimo año de educación básica. Él ha recaído tres veces, relata, y ahora no tiene claro qué hará en un futuro próximo. A veces, agrega, trabaja. (I)

Estamos analizando, el presidente Lenín Moreno lo ha dicho, la posibilidad de decretar una emergencia por el consumo de la H, para hacer que todos los actores (...) se sumen”.Ledy Zúñiga, Sec. técnica de Drogas.