Entre las causas que reafirmaron la aspiración suprema de libertad de los pueblos y hombres de la Presidencia de Quito, posteriormente Ecuador, no hay que olvidar el 10 de Agosto de 1809 y después el 9 de Octubre de 1820. Este último representó un categórico pronunciamiento de libertad que inspiró a ciudades hermanas de la patria a emularlo inmediatamente.

Incluso Guayaquil fue más allá de su propia circunscripción territorial, pues apenas logró su liberó del dominio hispano formó la División Protectora de Quito para avanzar a la capital de la Audiencia y consolidar la añorada y completa emancipación del territorio quiteño. La consigna ¡Guayaquil por la Patria! tuvo en el prócer José Joaquín de Olmedo a su visionario y decidido propulsor.

Primeros combates
La División Protectora que salió de Guayaquil para Quito en pos de alcanzar su aleccionador propósito, logró una singular victoria sobre el ejército realista durante el combate de Camino Real (actuales tierras de la provincia de Bolívar) el 9 de noviembre de 1820. La pericia de los valientes oficiales Luis Urdaneta y León de Febres-Cordero se puso de manifiesto.

Publicidad

Mas, para un inesperado desencanto de los patriotas que seguían animados por el triunfo alcanzado en Camino Real, las valientes pero bisoñas tropas fueron derrotadas el 22 de noviembre de 1820 en el llamado combate de Huachi, sector comprendido hoy en la provincia de Tungurahua. El resultado adverso llamó a la cautela y mejor planificación de futuras campañas.

Reacción española
No había transcurrido mucho tiempo del anterior revés que experimentaron las escuadras nacionalistas, cuando el 3 de enero de 1821 en Tanizagua, jurisdicción de la actual provincia tungurahuense, hubo otro descalabro para aquellas y que lo aprovechó la legión defensora de la corona para cometer tropelías en Ambato, Riobamba y Cuenca.

Afortunadamente Simón Bolívar comprendió toda la importancia geopolítica e histórica de la revolución guayaquileña y se apresuró a enviar apoyo material y el respaldo anímico para los planes que sin desmayo desplegaban los dirigentes republicanos tanto en nuestra ciudad como en otros sectores de la región que secundaron la causa.

Publicidad

La lucha continúa
El ejemplar apego a la causa nacionalista que caracterizó a las tropas al mando de Sucre logró una singular victoria en los campos de Cone (jurisdicción del Guayas) el 19 de agosto de 1821. Durante el enfrentamiento se aplastó a los realistas que habían salido de Cuenca rumbo a la Costa, con la intención de terminar con todo brote emancipador.

Desafortunadamente la alegría por el triunfo de Cone fue efímero, pues a pocas semanas en Huachi de la actual provincia de Tungurahua, los peninsulares ganaron el segundo combate dado en este punto, permitiendo que el jefe español Carlos Tolrá avanzara a Sabaneta, sector en la hoy provincia de Los Ríos.

Publicidad

Vale recordar que desde esta última población el oficial defensor de la monarquía propuso un armisticio de 90 días a Antonio José de Sucre, quien en forma inteligentes la aceptó con miras a reorganizar sus contingentes y demandar refuerzos del Protector del Sur, general José de San Martín, que no estaba muy ajeno a los acontecimientos de estos lares.

Guayaquil recibe a Sucre

El aporte del Libertador se consolidó con la presencia del joven oficial cumanés Antonio José de Sucre a partir de la primera semana de mayo de 1821. Para reforzar las tropas que llegaron del norte sudamericano, los dirigentes guayaquileños desplegaron una intensa labor que consistió en incorporar más soldados y pertrechos que garanticen la campaña libertadora.

En la población de Samborondón, cercana a Guayaquil, el intrépido Sucre estableció su cuartel general y concluyó los preparativos del gran plan que lo conduciría al mando de sus tropas a Quito. El oficial hizo contactos necesarios y procuró no descuidar detalles, rodeándose además de colegas conocedores de la milicia y sus altos principios patrióticos. (I)