El último día de convivencia colegial llegó ayer para cientos de jóvenes participantes de las ceremonias de graduación, en las que recibieron sus diplomas que los acreditaban como bachilleres del país; ellos vivieron una jornada en la que experimentaron sentimientos de ilusión y de nostalgia, en las que se despidieron para siempre de la secundaria, de los profesores a los que muchos consideraron segundos padres, en la que cerraron una etapa de la vida, una de las más añoradas...