Un equipo de científicos y restauradores completaron sus trabajos en el sitio de la tumba de Jesús en la Ciudad Vieja de Jerusalén, que será reabierto hoy al público.

El grupo trabajó durante los últimos nueve meses en la Iglesia del Santo Sepulcro y se centró en las pequeñas estructuras sobre el lugar de entierro, conocido como el Edículo.

Según el cristianismo, el cuerpo de Jesús fue enterrado en el lugar que luego se convirtió en la Iglesia del Santo Sepulcro. Los restauradores también repararon otras partes. La estructura necesitaba conservación y ser reforzada, incluyendo la instalación de una red de drenaje subterránea para aguas lluvias y servidas.

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En la renovación, efectuada por un equipo griego, se retiró la celda de hierro que rodeaba al santuario, construida por las autoridades británicas en 1947.

“Si esta intervención no hubiera ocurrido, hubiera existido un riesgo de colapso”, dijo Bonnie Burnham, del Fondo Mundial para Monumentos, que otorgó un monto inicial de $ 1,4 millones. La restauración costó $ 4 millones. (I)