Algunos lucen las camisetas de diferentes partidos. Otros, en cambio, figuran en varias listas de una misma tendencia. Son esposos, padres, hijos, sobrinos, hermanos o parientes entre sí que se han sumado a los cuadros de candidatos a asambleístas nacionales, provinciales y del Parlamento Andino en estas elecciones 2017.

Varios directores y dirigentes de partidos y aspirantes señalan que no hay impedimento legal y que sus nombres no fueron escogidos por su parentesco sino por su militancia, liderazgo barrial o gremial y capacidades profesionales.

Según el numeral 2 del artículo 95 del Código de la Democracia, entre los requisitos, para ser asambleístas y representantes al Parlamento Andino se requiere haber cumplido 18 años al momento de inscribir su candidatura, haber nacido o vivido en la respectiva jurisdicción por lo menos dos años y estar en goce de los derechos políticos.

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Hay varios ejemplos. La lista de asambleístas nacionales del partido Adelante Ecuatoriano Adelante (AEA) la encabeza Silka Sánchez, diputada entre 2002-2007 y asesora legal del empresario Álvaro Noboa. En el tercer puesto está su hermana Yskanadia Sánchez, una empresaria que participa por primera vez en la política.

Wilson Sánchez Zúñiga, sobrino de Silka y exdirector del frente de juventudes del desaparecido Prian y ahora del AEA, va como su candidato suplente; y su padre Wilson Sánchez, director nacional de este partido, lidera la lista de aspirantes al Parlamento Andino.

“Somos una familia preocupada por el país (...) que creemos en el proyecto político del abogado Noboa”, dice el director nacional del AEA.

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En otras listas hay esposos postulándose en esta elección popular como el fundador de Sociedad Patriótica (SP), Lucio Gutiérrez, expresidente de la República entre el 2003 y 2005. Él lidera la lista de asambleístas nacionales y su esposa Ximena Bohórquez, la ex primera dama, es candidata a asambleísta por el distrito sur de Quito.

En el segundo puesto de esta lista está Emma Villavicencio, quien tiene como alterno a su esposo Leonardo Escobar.

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En CREO-SUMA el candidato que lidera la nómina para el Parlamento Andino es el coronel retirado Fausto Cobo Montalvo, exdiputado y exasambleísta por Sociedad Patriótica y actual militante de Compromiso Ecuador de la alianza 21-23. Su alterna es su hija Claudia Cobo, licenciada en Turismo que compite por primera vez a una elección popular.

En el distrito 3 de Guayas esta alianza registra en el tercer puesto de candidato a asambleísta a Jorge Molina Pacheco, mientras que su hija Karla Molina Celi va como suplente del que encabeza la lista.

En Pichincha, los hermanos Héctor y Juan Pablo Muñoz, de SUMA, compiten por esta alianza por el distrito 2 Quito sur y Distrito 3 Quito (parroquias rurales), en su orden.

César Monge, director nacional de CREO, señala que no hay prohibición para alguien que es parte del partido y que tiene familiares trabajando en otros frentes de la misma organización participe en la lid electoral. “Si es parte de una estructura ya sea de profesionales, de jóvenes o de mujeres CREO o forma parte de comités barriales no cerramos las puertas porque sea familiar de alguien que está en la organización”, dice.

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En el distrito 4 de Guayas la lista de candidatos de Unión Ecuatoriana la encabeza Pedro Aguayo y su hija Valeria Aguayo va como alterna.

Rafael Mayor, director (e) de Unión Ecuatoriana en Guayas y actual aspirante a asambleísta por el distrito 3 de esta provincia, expresa que el fundamento para la selección de estos candidatos no fue por conveniencia económica o de familiaridad sino por sus capacidades profesionales tanto de él que es un empresario y su hija una profesional de marketing.

También hay casos en que la participación se da desde contiendas distintas como Héctor Vanegas que es candidato a asambleísta por Fuerza Compromiso Social, mientras que su hermano Alejandro Vanegas aspira a una curul por el Movimiento Centro Democrático.

Antonio Tramontana, consultor político, señala que no es una práctica nueva ni tampoco que cauce asombro.

“Al ser un familiar lo que se tiene es un mayor grado de confianza”, expresa.

Tramontana expresa que en los registros electorales históricos del país se va a encontrar que los electores votan por esa repetición padre a hijo, sobrino, etcétera, “porque ya viene un peso político de la trayectoria del político”.

No obstante, señala, no es una garantía de que el ciudadano vote por ese candidato, al existir una sucesión, gane en confianza del electorado.

“Sí es una ventaja, pero nada más”, expresa. (I)