¡Terremoto, terremoto, terremoto, es el fin del mundo; salgan, salgan, salgan! Juana Guacho Pilco gritaba desesperada a las 18:58 del sábado 16 de abril. Estaba en la puerta de su almacén, ubicado en la primera planta de su hotel La Elegancia, de cuatro pisos. En la edificación estaban sus dos hijas, otros tres familiares, cuatro empleados y unos diez hospedantes.