Aunque se denomina proyecto de Ley Orgánica de Incentivos Tributarios para Varios Sectores Productivos, los beneficios que incluye, al menos en materia tributaria, son solo para la transportación y las empresas de medicina prepagada.

Y ese es el reclamo que hicieron ayer los sectores exportador, de la construcción y camaronero, que piden tener el mismo trato.

El proyecto, enviado con el carácter de económico urgente, se trata en la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea y establece que el valor de las unidades de transporte con las que cumplen su actividad económica las operadoras de transporte público y comercial no se considerará en el cálculo del anticipo del impuesto a la renta (IR), tanto en activos, costos, gastos y patrimonio.

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Luego de una reunión con representantes de las cámaras de la Construcción del país, Enrique Pita, presidente de la Federación de esos gremios, dijo que es preocupante que el Gobierno presente un proyecto que beneficia a un sector, cuando a diario reciben quejas de sus afiliados por planillas impagas (les adeudan unos $ 1.000 millones) y porque sus activos, que en muchos casos están paralizados (a causa de la caída del 10% en la actividad, según sus cálculos), tiene que ser considerado para un anticipo de IR.

El sector pidió formalmente a la Comisión que en el anticipo del IR no se consideren sus activos improductivos y que a futuro se elimine el impuesto.

Olmer Ordóñez, presidente de la Cámara de la Construcción de Machala, propuso que en lugar del 1% que les descuentan en cada planilla por concepto de IR, se les debite un 2%, pero se elimine el anticipo.

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En el mismo sentido se pronunció ayer Daniel Legarda, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores. Dijo que la revisión del anticipo ha sido un pedido reiterado porque es un impuesto que no grava la utilidad sino los activos, las ventas y el crecimiento de la empresa, lo que ocasiona una pérdida de liquidez que se traduce en menor competitividad para los productos locales.

El anticipo se calcula sobre la base de las ventas del año anterior y, en el caso del sector camaronero, cuando se tienen precios a la baja ese anticipo resulta incluso superior al impuesto que se paga al final del año, señaló José Antonio Camposano, presidente de la Cámara de Acuacultura. (I)