Durante el mes de octubre de este año, Quito será sede de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible Hábitat III, en la que los 193 estados miembros suscribirán la Nueva Agenda Urbana (NAU) que definirá los lineamientos de las políticas de desarrollo urbano sostenible para los próximos 20 años. En este contexto, se acaba de realizar en nuestra ciudad el segundo foro urbano nacional que contó con la asistencia del secretario de Hábitat III, la ministra María de los Ángeles Duarte y un panel de académicos nacionales y extranjeros de alto nivel.

Entrando en materia hay varias conclusiones que pude extraer de este foro. En primer lugar, y quizás lo más importante, el hecho de que la academia aún se encuentra desvinculada del discurso y del manoseo político. Digo esto porque tres de los cuatro expositores o no estuvieron de acuerdo con lo que expuso la ministra minutos antes o simplemente entraron a criticar, incluso con dureza, proyectos emblemáticos del Gobierno. Comenzando, el primer expositor relativizó ese mito que ha surgido en los últimos años en cuanto a que Guayaquil no cumple –lo que no es verdad– la famosa meta de los 9 m² de área verde por habitante que propone como mínimo la OMS. De Souza dijo que más allá de las estadísticas, lo más importante para él es que la ciudadanía pueda tener accesos reales y efectivos a áreas verdes y de esparcimiento, lo que sucede –digo yo– claramente en nuestra ciudad con la existencia de más de 2.800 parques y plazas que están construidas y a las que acceden miles de guayaquileños diariamente. De otro lado, hubo una dura crítica al proyecto habitacional del Gobierno Ciudad Victoria por parte de Olga Peek por, entre otras cosas, la escasa presencia de áreas verdes en dicho proyecto o el desarraigo que ella ha podido determinar que están sintiendo las personas que han sido trasladadas ahí luego de haber sido desalojadas del borde del estero Salado, donde vivían de forma vulnerable. Para finalizar, hubo favorables comentarios de Filiberto Viteri de cómo el Malecón Simón Bolívar es uno de los pocos lugares o espacios públicos que sirven como un escenario eficaz para la interacción social cotidiana de los vecinos de esta ciudad. En síntesis, una visión académica imparcial y crítica de ciertos aspectos de la vida urbana de Guayaquil.

Por otro lado, es fundamental que la ciudadanía conozca que ya está circulando el Draft Zero (borrador inicial) de la NAU que va a suscribirse en octubre. De la primera versión de mayo de este año hay cosas que realmente preocupan y que torna necesario que tanto el Municipio de Guayaquil, como las cámaras de la Producción, las universidades y las asociaciones de promotores inmobiliarios se reúnan y propongan una agenda urbana para Guayaquil, rechazando de forma decidida la agenda impuestera que está planteando la Senplades. Pongo como ejemplo la propuesta Nº 133 de este borrador que dice: “Implementaremos mecanismos específicos para captar el aumento en el valor de la propiedad de la tierra, generando inversión pública, incluyendo el aumento del valor de la construcción residencial y comercial resultante del aprovisionamiento de infraestructura económica y social y la calidad del espacio público. Se podrán en vigor medidas para evitar la mera captación privada, así como la especulación sobre la tierra, introduciendo una tributación y distribución justa y una redistribución de las ganancias con el fin de asegurar la contribución de los propietarios de la tierra a un desarrollo urbano más equitativo”; o el numeral 155 que establece: “Promovemos la función social y ecológica del suelo, considerando la seguridad alimentaria y la nutrición, con el fin de promover ciudades justas a través de políticas que distribuyan el costo y los beneficios de la urbanización en forma justa, evitando procesos de segregación. Promoveremos el mejoramiento de los instrumentos de combinación fiscal, planeación y administración urbana, incluyendo regulaciones del mercado de la tierra para asegurar la captura y distribución de las plusvalías creadas como resultado del proceso de urbanización y evitar las prácticas especulativas”.

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Guayaquil no puede permanecer impávida ante sugerencias que atentan contra la libertad de empresa y emprendimiento. Es necesario levantar una voz de protesta y a través de una invitación que cualquiera de los colectivos antes mencionados puede formular, se debe elaborar un documento que aún puede enviarse a la ONU para que tomen en cuenta lo que pensamos como ciudad. No desaprovechemos esta oportunidad histórica para proponer juntos, el Municipio, la empresa privada y la sociedad civil guayaquileña, la nueva agenda urbana de Guayaquil para los próximos 20 años. (O)

Guayaquil no puede permanecer impávida ante sugerencias que atentan contra la libertad de empresa y emprendimiento. Es necesario levantar una voz de protesta y a través de una invitación que cualquiera de los colectivos antes mencionados puede formular, se debe elaborar un documento que aún puede enviarse a la ONU para que tomen en cuenta lo que pensamos como ciudad.