El gobierno chileno calificó este sábado como "descortesía flagrante" las condiciones en que se realizará la visita a sus puertos del canciller boliviano, David Choquehuanca, y la considera una forma de "encubrir problemas domésticos".

El jueves, la Cancillería chilena anunció que había aceptado el pedido de autoridades bolivianas de visitar los puertos de Arica y Antofagasta (norte), pero advirtió que tendría carácter privado dada la negativa del gobierno de Evo Morales de negociar su agenda.

"El gobierno de Chile deplora las condiciones en que se quiere realizar la visita de una autoridad tan importante como el ministro de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia, y las considera como una descortesía flagrante", señala la declaración pública difundida por Cancillería.

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Para el gobierno de Michelle Bachelet la visita "sin lugar a duda, se trata de una operación mediática para seguir cuestionando el Tratado de 1904, y para encubrir problemas domésticos", añade el documento.

Pese a anunciar que protegerá la seguridad de Choquehuanca en su territorio, Chile advierte a Bolivia que toma nota de que la visita "privada" tendrá una comitiva de 58 personas.

Además destaca que si bien defiende la libertad de expresión no acepta "la propaganda externa contraria a los intereses nacionales", del país.

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"Chile notifica que ni siquiera considera la sola idea de actos de 'inspección' ejercidos sin autorización en territorio propio, y no aceptará las eventuales conclusiones que pretendan presentarse como resultados", agrega el documento que eleva el enfrentamiento dialéctico entre ambas naciones vecinas que carecen de relaciones diplomáticas plenas desde la década del 70.

Choquehuanca anunció la vista a los puertos chilenos a partir de este fin de semana aludiendo denuncias de transportistas que aseguran sufrir maltrato en Chile al momento de manejar carga boliviana, que utiliza puertos chilenos como prevé el Tratado de 1904.

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La escalada de tensión y el cruce de quejas por el transporte de carga coinciden con la entrega de la contrademanda chilena al juicio iniciado por Morales en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, en el que pide a Chile que negocie una salida soberana al mar.

A la histórica disputa se sumó recientemente un nuevo diferendo en la CIJ por el uso de las aguas del Silala, que Chile considera un río internacional y Bolivia un manantial exclusivo de su territorio. (I)