El expresidente egipcio islamista Mohamed Morsi, derrocado por las fuerzas armadas en 2013, fue condenado de nuevo este sábado a cadena perpetua, mientras sus seguidores sufren una sangrienta represión orquestada por el régimen del presidente Abdel Fattah al Sisi.

Morsi, dirigente influyente de la organización Hermanos Musulmanes, ya fue condenado a muerte, a cadena perpetua y a 20 años de prisión en tres casos distintos desde su derrocamiento en julio de 2013.

Este sábado Morsi fue sentenciado a perpetuidad por haber dirigido "una organización ilegal", y recibió además una pena de 15 años por robo de documentos sobre seguridad nacional.

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La cadena perpetua, que equivale a 25 años de prisión en Egipto, es por haber dirigido la organización Hermanos Musulmanes que las autoridades egipcias han clasificado como "grupo terrorista".

En cuanto a la sentencia a 15 años, es por haber "sustraído documentos secretos relativos a la seguridad del Estado", durante su corto mandato de un año, entre 2012 y 2013, precisó su abogado Abdel Moneim Abdel Maqsud.

Mursi comparecía junto a 10 coacusados por la presunta entrega a Catar de "documentos relativos a la seguridad nacional", según el acta de acusación.

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El expresidente fue absuelto de la acusación de entrega de estos documentos, pero seis de sus coacusados fueron condenados a muerte, según un periodista de la AFP presente en el juicio.

"Los acusados pusieron en peligro la patria, no merecen menos que la pena de muerte", comentó el juez Mohamed Cherine Fahmy antes de su veredicto.

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Catar, emirato del Golfo rico en petróleo, era uno de los principales apoyos de Mursi.

Estos documentos comprendían en especial "informes extremadamente sensibles relativos a las fuerzas armadas, el despliegue de sus tropas y su armamento", según la fiscalía.

Mursi y su director de gabinete Ahmed Abdel Atti estaban acusados de haber transmitido estos documentos al secretario personal de Mursi, Amine El Serafi, quien los envió después a un responsable de la cadena de información catarí Al Jazeera y a un oficial de inteligencia catarí, a través de intermediarios.

Abdel Atti y El Serafi fueron los dos condenados a cadena perpetua.

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 Periodistas condenados

"No hay ninguna prueba contra los acusados", se indignó Abdel Maqsud, precisando que recurriría el veredicto.

Entre los seis coacusados condenados a muerte de este sábado figuran tres periodistas, juzgados por rebeldía y acusados de haber hecho de intermediarios, entre ellos Ibrahim Mohamed Hilal, presentado por la fiscalía como redactor jefe de la cadena de información catarí Al Jazeera; y Alaa Omar Mohamed Sablan, presentado como un periodista de nacionalidad jordana de la cadena.

Catar condenó en un comunicado un veredicto "infundado, que va en contra de la verdad y contiene afirmaciones erróneas".

"Para Catar, la inculpación por espionaje de un expresidente y de periodistas es sorprendente e inaceptable", declaró el director de información del ministerio catarí de Relaciones Exteriores, Ahmed Al Rumaihi.

En un comunicado, Al Jazeera "condenó el veredicto injusto y politizado" inscripto en una "campaña despiadada (...) dirigida a acallar la voz de la prensa libre".

La cadena presentó además a Hilal como un "antiguo director de información".

Desde el derrocamiento de Mursi, las autoridades llevan a cabo una implacable represión contra la oposición ilsamista, las corrientes laicas y la izquierda.

En las semanas posteriores al derrocamiento de Morsi, murieron más de 1.400 manifestantes islamistas. Decenas de miles de personas fueron detenidas y centenares fueron condenadas a muerte en los juicios rápidos denunciados por la ONU como "sin precedentes en la Historia reciente" del mundo.

"El sistema judicial de Egipto, totalmente corrupto, ahora solo es una herramienta para la represión de las autoridades contra lo que queda de oposición y de crítica", declaró Amnistía Internacional en un comunicado, pidiendo la anulación de las penas de muerte.

Mursi fue condenado a muerte en junio junto a un centenar de coacusados por fugas masivas de prisión y por ataques contra la policía durante la revuelta de 2011 que expulsó a Hosni Mubarak del poder.

En otro proceso, por espionaje a favor del Hamás palestino, del Hezbolá libanés y de Irán, el expresidente recibió una sentencia de cadena perpetua.

Mursi fue condenado en abril a 20 años de prisión por violentos ataques contra manifestantes durante su corto mandato. (I)