Afru es un labrador que llegó de España, junto a otros canes y su grupo de guías rescatistas. Huele hueco por hueco y se moviliza a un ritmo apresurado por entre los escombros de lo que había sido una edificación de dos plantas en la calle 10 de Agosto, en el centro devastado de Portoviejo, sector destruido por el terremoto de magnitud 7,8 de hace una semana.