La población El Toro está a casi dos horas de Pedernales, por un camino inestable. Para llegar más rápido hay que tomar una lancha, que demora hasta 20 minutos. Allá, un caserío de trabajadores de camaroneros, todo es desolación tras el terremoto ocurrido el pasado sábado. 

Osvaldo Mendoza, integrante de la delegación de la Universidad Luis Vargas Torres, extensión La Concordia, llegó a la zona para ayudar. Él cuenta que la zona está devastada y que la gente se mete, por momentos, bajo los escombros de sus casas para evitar el sol y poder comer.

"Félix Cedeño, uno de los comuneros, lloraba como un niño al vernos", dice en referencia a la angustia de los pobladores por recibir ayuda.

Publicidad

Foto: Osvaldo Mendoza.