Mandatarios de todo el mundo celebraban ayer el histórico acuerdo adoptado el sábado último en París para luchar contra el cambio climático, pero recordaron que la parte más dura del trabajo empieza ahora.

En el documento se exhorta al mundo a reducir colectivamente las emisiones de gases de efecto invernadero hasta eliminarlas a la larga, aunque no impone sanciones a los estados que no lo hagan.

Según los científicos, para limitar el aumento de estos gases derivados de las actividades humanas, el mundo en conjunto tendría que dejar de emitirlos en su totalidad en los próximos 50 años. Estos gases resultan principalmente de la quema de petróleo, carbón y gas para generar energía, dicen los expertos. Así, cuanto menos se contamine, menos polución tendrá que absorber la naturaleza.

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Para lograr esa reducción en emisiones se requeriría de una transformación completa de la forma en que la gente obtiene energía. Por ello, activistas temen que –pese a los compromisos adoptados en París– los países no están listos para realizar cambios profundos y costosos.

El acuerdo compromete a los países a mantener el incremento de las temperaturas globales para el 2100 en comparación con la era preindustrial “muy por debajo” de 2 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit), y dice que tratarán de limitarlo aún más, a 1,5 Celsius. El mundo ya se ha calentado alrededor de 1 grado Celsius en comparación con las épocas en que aún no había fábricas con chimeneas.

Ben Strauss, investigador sobre el nivel del mar en el grupo Climate Central, cree que limitar el calentamiento a 1,5 grados en lugar de 2 podría reducir a la mitad la cifra de 280 millones de personas cuyas viviendas, según las proyecciones, quedarán sumergidas por la elevación de los océanos.

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“Hemos acordado lo que debemos hacer, pero todavía nadie ha acordado hacerlo”, aseguró Dennis Clare, negociador de los Estados Federados de Micronesia. “Hay mucha pompa dadas las circunstancias”.

Según el pacto, las naciones ricas seguirán apoyando financieramente a las más pobres para que enfrenten el cambio climático. Así, los países en desarrollo recibirán $ 100.000 millones a partir de 2020 (cuando empieza a regir el nuevo acuerdo), una cifra que sería revisada a más tardar en 2025. (I)

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Documento
Sobre el clima

No apoyan pacto
Nicaragua no respaldó el acuerdo, ya que este no va lo suficientemente lejos como para disminuir el calentamiento global y ayudar a los países pobres afectados por él, según Paul Oquist. Este país y Panamá están entre los siete que no presentaron, en la cumbre de París, sus objetivos de reducción de emisiones. En el último día de la cita, Venezuela anunció que reducirá un 20% de sus emisiones para 2030.

Lo que se viene
El acuerdo debe ser ratificado por los gobiernos de al menos 55 países, que representen el 55% de las emisiones globales, para que pueda entrar en vigencia en 2020.