El gobierno derechista de Hungría cerró ayer la principal ruta terrestre para la entrada de inmigrantes a la Unión Europea (UE), haciéndose cargo por su cuenta de la situación para detener el flujo de refugiados en Europa. Mientras, un intento de emergencia, liderado por Alemania, para obligar a los estados miembros de la UE a aceptar cuotas obligatorias de refugiados no prosperó.