La Comisión Europea (CE) y Berlín celebraron ayer la adopción del Parlamento griego del tercer plan de ayuda internacional al país, que será sometido ahora al Eurogrupo en Bruselas. Sin embargo, la adopción del acuerdo –cuya aprobación fue posible solo gracias a los votos de la oposición y del partido soberanista ANEL, aliado de Syriza– presagia un periodo de inestabilidad en el partido del primer ministro Alexis Tsipras, fuertemente dividido.