Actualizado a las 13:43

Con la bendición a los fieles, el rezo por la familia y el pedido de rezar por él, finalizó la misa campal que el papa Francisco dio este lunes en el parque Samanes.

"Te cantamos Mesías, te anunciaron los profetas, te alabamos ¡Oh hijo de Abraham e hijo de David!", se entonaba en el cántico de entrada a la misa que oficia este lunes el pontífice, y que está dedicada a la familia y su fortalecimiento en la sociedad.

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La primera lectura se dedicó al quinto mandamiento de la Ley de Dios: 'honrar padre y madre', la segunda lectura, al respeto, amor y comprensión entre esposo y esposa. La lectura del evangelio sobre Las bodas de Caná complementó la oración por la familia.

"Las bodas de Caná se repiten con cada generación, con cada familia, con cada uno de nosotros y nuestros intentos por hacer que nuestro corazón logre asentarse en amores duraderos, fecundos y alegres", dijo el papa.

Hace referencia a la unión en matrimonio de una pareja para formar la familia, llamada una pequeña iglesia, la "iglesia doméstica" en la que se aprende a compartir, a amar, a servir, a pedir perdón, a perdonar, "a construir una cultura de la vida compartida y del respeto a quienes nos rodean", indicó el papa.

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Jesús (hijo) atendió la súplica de María (madre) ante las necesidades de los demás (el prójimo), en este caso por la falta de vino y entregar a los invitados el mejor de los vinos, el mejor de los vinos que está venir, que es el amor, es abrir el corazón, es arriesgarse en el amor; el mejor de los vinos está por venir cuando, con paciencia, dejamos en manos de Dios los problemas, confiando que él nos ayudará, señaló.

Al final de la homilía, el pontífice pidió oraciones para que los obispos puedan "madurar un verdadero discernimiento espiritual y encontrar soluciones concretas a las muchas dificultades e importantes desafíos que la familia debe afrontar en nuestros días".

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La comunión, la celebración de la eucaristía, fue entregada a los fieles por ministros de comunión, que llevan años de servicio en la iglesia.

Precedido por la entrada del evangelio, el papa Francisco y los obispos, vestido de blanco y dorado, caminaron en procesión, e ingresaron al templete para la celebración de la misa campal, cuya oración de este lunes se dedica a la familia.

Cerca del templete se encuentran las imágenes del Cristo del Consuelo y de la virgen María de Guayaquil, que llegaron el domingo con cientos de devotos después de una larga procesión. La primera desde el sur de la ciudad y la segunda, desde el norte.

Al bordo del papamóvil, el papa Francisco recorrió el parque Samanes. Al inicio rápido, pero después a paso lento, el vehículo pasaba por los bloques donde se encontraban congregados los fieles.

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Llevan más de 24 horas en vigilia y peregrinación, sentados, en carpas, en sillas o en el suelo, rezando, cantando, esperando para verlo y compartir con el la misa campal y la eucaristía que el papa oficiará a las 11:45 de este lunes. El pontífice no ha tenido descando desde su arribo a Guayaquil, a las 09:49 de hoy.

Fieles residentes en urbanizaciones de vía a la Costa esperando el paso del papa Francisco. Foto Marcelo Echeverría pic.twitter.com/jMFpZoFUc5

Del Santuario a Samanes

Con la ventanilla abajo del auto Fiat en el que se traslada, el papa Francisco saluda a las personas congregadas a lo largo la vía a la costa. Desde muy temprano, unos con sillas y otros de pie, se habían apostado a ambos lados de la vía para verlo pasar y darle la bienvenida.

Era una corte de honor no programada, era el impulso y del deseo de verlo los que alimentaban las horas de espera, y se cumplió al acercarse al santuario del Señor de la Divina Misericordia y unos siete minutos después, a su salida, para dirigirse al parque Samanes, al norte de Guayaquil, donde miles de fieles lo esperan desde el domingo.

El papa salió a las 07:50 de la Nunciatura Apostólica en Quito, y se trasladó en el mismo vehículo, el auto Fiat, que lo llevó el domingo desde la terminal aérea hacia Monteolivo.

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En los exteriores de la Nunciatura, tal como ocurrió anoche a su llegada, decenas de personas esperaban para poder verlo. Luego, cientos de ciudadanos apostados a lo largo de su recorrido saludaron su paso hacia el aeropuerto. (I)