Yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) ejecutaron a 20 hombres en la antigua ciudad siria de Palmira, mientras en Irak el ejército y las milicias chiitas intentaban rodear a los combatientes del EI en la ciudad de Ramadi.

Una semana después de haber conquistado Palmira, cuyas ruinas están clasificadas como patrimonio de la humanidad, "el EI mató a balazos a 20 hombres delante de una muchedumbre reunida en el teatro romano de Palmira", acusados de haber luchado junto al régimen de Bashar al Asad, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El Estado Islámico tomó Palmira el 21 de mayo tras un asalto que duró nueve días. Según el OSDH, que se informa gracias a una red de fuentes en Siria, el EI ha ejecutado a al menos 217 personas, entre ellas 67 civiles, en la ciudad y sus alrededores.

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El director de antigüedades del gobierno sirio teme que las ejecuciones en las ruinas sean un preámbulo a su destrucción. El EI ya ha destruido patrimonio histórico en la región, en particular los lugares de culto considerados idólatras.

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El EI multiplica las atrocidades en las zonas que controla, a caballo entre Siria e Irak, donde declaró un "califato".

Al otro lado de la frontera, las fuerzas iraquíes, con el apoyo de las milicias chiitas, intentaban el miércoles rodear a los yihadistas en Ramadi antes de dar el asalto.

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Las autoridades iraquíes prometieron retomar Ramadi, capital de Anbar, la mayor provincia de Irak.

La toma de esta ciudad el pasado 17 de mayo por parte de los yihadistas, tras la retirada caótica de las fuerzas gubernamentales, supuso un duro revés para Irak y sus aliados estadounidenses, que cambiaron su estrategia inicial de crear una fuerza sunita para expulsar al EI.

El EI controla la mayoría de la provincia sunita de Al Anbar, donde empezó a conquistar territorios a partir de enero de 2014, antes de la ofensiva de junio en la que se apoderó de grandes regiones en el este y el norte de Bagdad.

En el marco de la operación lanzada el martes, cerca de 4.000 hombres -soldados, policías, milicianos chiitas y miembros de las tribus sunitas- se dirigieron hacia Ramadi, a un centenar de kilómetros al oeste de Bagdad.

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Las fuerzas iraquíes y las milicias "tomaron el control total de los barrios de Al Taech y Al Hmeyrah", en el sur de Ramadi, y entraron en el campus de la universidad de Al Anbar, indicó un coronel del ejército.

Según Raja al Isaui, miembro del consejo provincial de Al Anbar, el objetivo es "cortar las líneas de suministro" del EI.

Varias unidades tomaron posición a pocos kilómetros al este de la ciudad y otras avanzan desde el norte. El objetivo es rodear a los yihadistas antes de dar el asalto.

El presidente del parlamento iraquí, Salim Al Juburi, criticó el miércoles la operación, considerando que está mal preparada.

Por su parte el primer ministro Haider Al Abadi pidió el apoyo de las Unidades de Movilización Popular (Hachd al Chaabi en árabe), une coalición de grupos paramilitares de mayoría chiita que ya ayudó al ejército frente al EI.

El primer ministro no había pedido su apoyo hasta ahora por miedo a alejarse de la comunidad sunita, mayoritaria en esta provincia, en un país donde hay grandes tensiones religiosas.

La coalición chiita bautizó la operación como "A tus órdenes Husein", en referencia a uno de los imanes más venerados por la comunidad chiita, mayoritaria en Irak.

Un nombre que no gustó al Pentágono que considera que "la llave para expulsar al EI de Irak es un Irak unificado".

El influyente líder chiita iraquí Moqtada al Sadr, cuya fuerza paramilitar lucha contra el EI, también criticó el nombre, explicando que podría reavivar las tensiones entre sunitas y chiitas.

Los ataques llevados a cabo desde 2014 por una coalición internacional dirigida por Estados Unidos contra sus posiciones en Irak y Siria no han impedido al EI avanzar en los dos países.

Sin embargo el grupo extremista sunita fue expulsado por las fuerzas kurdas de 14 pueblos cristianos asirios en el noreste de Siria, tras una ofensiva de diez días, según el OSDH. (I)