Nos recibe en su casa de bálsamos sur 819 entre Higueras y Guayacanes, en el corazón de Urdesa central, a donde llegó a vivir cuando tenía 14 años. Con buen humor, Rocío Castro, de 65 años que no los aparenta, cuenta que ella ha planificado su vejez y parte de esa planificación es el lugar donde vive: una casa blanca de dos pisos, con un muro de cemento alto y cerco eléctrico, en cuyo balcón se lucen unas veraneras fucsias, y de la que ella actualmente solo ocupa una parte, el resto alquila.