“¡Qué bonito que nos trataron, que así nos tratara la justicia!”. Esa fue la primera reacción de Pamela Troya luego de entregar ayer, en la Corte Constitucional (CC), la acción extraordinaria de protección con la que busca que se le autorice el matrimonio con Gabriela Correa, su pareja lesbiana.

Las dos mujeres llegaron a las 10:30 hasta el organismo con el documento que es la última acción jurídica que les queda en el país antes de llevar su caso a instancias internacionales para terminar, según dicen, con la discriminación hacia la comunidad GLBTI.

Sin embargo, Pamela y Gabriela –quienes impulsan la campaña Matrimonio Civil Igualitario– reconocen que el camino es largo y podrían pasar años antes de que su situación se resuelva definitivamente.

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En la CC primero deben admitir la demanda y luego elegir a un juez ponente quien deberá analizar la acción.

“Hay ejemplo de casos que se han demorado dos o tres años (en la Corte Constitucional) y llegando a las instancias internacionales el tema puede resolverse en seis u ocho años”, explicó Pamela.

La pelea judicial de esta pareja se inició el 5 de agosto de 2013, cuando se presentaron en el Registro Civil de Quito con la intención de casarse, pero este les negó esa posibilidad.

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Ocho días después presentaron una acción de protección ante un juzgado que ratificó lo actuado por el Registro Civil al igual que la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, argumentando que el matrimonio reconocido en el país es entre un varón y una mujer.

El 26 de noviembre pasado una segunda pareja homosexual se presentó en el Registro Civil de Guayaquil para contraer matrimonio, con los mismo resultados de Pamela y Gabriela. Este caso ya ha sido elevado a la Corte Provincial.

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Se prevé que el lunes próximo otra pareja intente casarse en Machala.