A medida que llegaban, unos limpiaban sus instrumentos musicales y otros los afinaban. En un reducido espacio, a los jóvenes, entre hombres y mujeres, no les importaba el intenso calor de la tarde con tal de entonar sus guitarras, saxofones, violines, trompetas, clarinetes, trombones, violonchelos y contrabajos.

Los jóvenes son parte de la Orquesta Sinfónica Cristiana del Ecuador, la cual desde hace ocho años inculca a niños o jóvenes que tienen problemas y conflictos en familia, el amor por Dios y por la música.

Uno de ellos dejó el consumo de drogas y los problemas relacionados. Él es Marlon Medina Mora, de 20 años, quien sin temor o vergüenza confiesa que a la edad de 13 ya guardaba en su mochila un arma de fuego.

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El joven cuenta que de adolescente observaba cómo sus compañeros se drogaban, hasta que un día decidió consumir. “Yo me portaba mal y cada día veía cómo mi vida se iba cayendo poco a poco. Vendía mi ropa, robé y hacía sufrir mucho a mi mamá”, relata Marlon, quien luego de dos años, inmerso en los problemas y los vicios conoció a José David Mejía, director de la orquesta, quien lo rescató de ese mundo y lo guio a Dios a través de la música.

“Yo quiero al hermano David como si fuera mi padre”, dice Marlon, quien luego de permanecer en la orquesta sinfónica cristiana, por ocho años, ahora enseña a los más jóvenes a tocar la guitarra, el bajo, el piano y el clarinete. Es maestro.

La música cristiana no solo ha cambiado la vida de Marlon, también las de dos jóvenes que se consideraban “rebeldes”.

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Joao Montaño Márquez, de 18 años, hace tan solo dos se creía un joven “explosivo” y de mal genio, pero desde que conoció a Dios, dice, su vida dio un cambio radical.

“Dios y la música cambiaron mi vida y mi carácter, ahora soy un manso hombre y escucho y pienso antes de decir algo”, sostiene el joven.

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Tras dos años de instrucción en la orquesta en la actualidad, al igual que Marlon, enseña a otros. Es maestro de trompeta. Jean Franco Mosquera es otro joven que asegura que la Orquesta Sinfónica Cristiana de Guayaquil lo cambió. A sus 19 años se considera una persona educada y dedicada a Dios.

Antes de ingresar al grupo, rememora, era violento, indisciplinado, e irresponsable, hasta el punto de no tener una buena relación con sus familiares.

David Mejía reconoce que en un principio la idea no era formar una orquesta, sino rescatar a los niños del Guasmo sur, donde eran usados por los delincuentes adultos. Hace ocho años, recuerda, veía grupos de niños, de entre 8 y 13 años, que guardaban las armas de ladrones adultos, convirtiéndose en cómplices de la delincuencia.

Preocupado, los invitó a cambiar las armas de fuego por instrumentos musicales, y así les inculcó a unos 80 niños el amor a Dios y a la música. Con el tiempo formó la orquesta, que hoy tiene más de 50 jóvenes.

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Orquesta
Jóvenes

Llamado
Los jóvenes que deseen tocar algún instrumento pueden acudir al conservatorio, ubicado en la av. Delta del Guasmo sur. No tiene costo.

Para colaborar
Si desea ayudar a la orquesta y a los jóvenes llame al (04) 239-1810 o al 099-420-8664.