Hasta los 13 años fue Guayaquil su residencia. El sector de la Bahía lo vio crecer. En los alrededores de la intersección de Coronel y Ayacucho jugaba índor, andaba en bicicleta, corría. Jorge Pesantes Palacios gritaba por su ídolo, Barcelona, y desde entonces amaba la gastronomía local, como el encebollado, el cebiche o el seco de chivo.