Con mandiles blancos colgados en el portón y lazos negros, ayer se sumaron los médicos del hospital Baca Ortiz al rechazo al Código Penal.

En carteles, los pacientes leían: “Durante 15 años de estudio no me enseñaron a matar, somos seres humanos, no dioses, no somos criminales”.

Médicos de la provincia renunciarían de manera masiva en todos los hospitales si se aprueba el nuevo Código, que incluye una sanción de 3 a 5 años de cárcel por mala práctica profesional, si se provoca la muerte de una persona.

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Francisco Barriga, anestesiólogo y presidente de la Asociación de Médicos del Baca Ortiz, expuso que 287 médicos pueden renunciar si se aprueba ese artículo, pues al hospital llegan los casos más críticos del país. En lo que va del año se han atendido 13.056 cirugías, el 70% son de cardiopatías congénitas y quemaduras graves.

El planteamiento alternativo es que se eliminen del Código las sanciones y se incluyan en el de la Salud como delitos civiles y administrativos. Esta propuesta se analizaría en una reunión prevista para el próximo lunes. Así se acordó ayer en el diálogo que los médicos mantuvieron con la secretaria de Gestión Política, Betty Tola, y la ministra de Salud, Carina Vance.

Mientras, también ayer, en una asamblea los galenos de todos los hospitales de la provincia se mostraron abiertos a conversar, luego de que el sábado pasado el presidente Rafael Correa anunciara que concuerda en parte con sus reclamos y que el Código aún se discute y puede ser vetado. “Pedimos prudencia y tranquilidad para que el Ejecutivo y el Legislativo se pongan de acuerdo y reformen ese artículo penal”, dijo Barriga.

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Y ante la advertencia de contratar a médicos extranjeros ante posibles renuncias, “esperemos que existan médicos valientes del extranjero que quieran arriesgar su libertad, su patrimonio con estas leyes”, dijo el presidente del Colegio Médico de Pichincha, Víctor Álvarez.

Los médicos de clínicas privadas también se suman a esta medida. Hoy habrá una marcha y se anuncian plantones.