Primero fue el gas lacrimógeno, helicópteros, los bulldozers y las bengalas. Luego, las balas y la sangre.
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Miles de islamistas con mujeres y niños en los campamentos fueron sorprendidos por los uniformados.


Primero fue el gas lacrimógeno, helicópteros, los bulldozers y las bengalas. Luego, las balas y la sangre.
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Personas llegaron desde diferentes sectores de las provincias de Tungurahua y Napo con la finalidad de pedir que no quede impune el caso.
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