Seguro y entusiasmado, Hernán Bejarano subió a su caballo, Celoso, y lo dirigió hasta la pista de la cabaña San Antonio, al pie del río del mismo nombre, en la parroquia Matilde Esther del cantón Bucay. El animal estaba a pocos metros desde donde ayer partió la II Cabalgata La Ruta del Ferrocarril.











