El Ministerio de Relaciones Exteriores rechazó las opiniones del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre la Ley de Comunicación y  la declaración del embajador de ese país en Quito, Adam Namm, quien reconoció las discrepancias que existen entre los dos países sobre el tema de la libertad de expresión.

A través de un comunicado, la cancillería calificó de infundadas dichas "preocupaciones" e invitó al Gobierno estadounidense a estudiar detenidamente la Ley Orgánica de Comunicación antes de "emitir juicios de valor" sobre su contenido porque asegura, "vulneran el Derecho Internacional de no injerencia en asuntos internos de otros Estados".

Para la Cancillería,   la atención de todos y cada uno de los derechos humanos es una cuestión de principios para el Gobierno de Rafael Correa, "como lo demuestran los principales indicadores, que dan fe del éxito ecuatoriano para promover estos derechos a lo largo de los últimos cinco años, mediante la transformación del viejo modelo económico que daba prioridad al capital y al mercado, en detrimento de los seres humanos".

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Además aseguró que la Ley de Comunicación, una vez que entre en vigencia, "garantizará el derecho de los ciudadanos a expresarse libremente y recibir información veraz y oportuna por parte de los medios de comunicación... Esta Ley representa una contribución para la democracia y para fortalecer el acceso a la información veraz y oportuna".