Una compañía tecnológica aprovechó la genialidad de un estudiante británico, quien ideó un tipo de baldosa para que cualquier pisada generara energía.
Laurence Kemball-Cook, es un estudiante de diseño industrial de la Universidad de Loughborough, que al observa el paso incesante de miles de personas en una concurrida estación de tren en hora pico, pensó en utilizar esa energía y convertirla en electricidad.
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La baldosa, desarrollada por la la empresa Pavegen, se hunde cinco milímetros y genera ocho vatios de energía con cada pisada gracias al uso de materiales piezoeléctricos, recoge ABC de España.
El potencial de estas baldosas de 45 x 60 centímetros radica en el gran volumen de movimiento diario que se registra en zonas muy concurridas como estaciones de tren, de metro, de autobús, aeropuertos, colegios y centros comerciales. Un cinco por ciento de la electricidad generada por la pisada enciende instantáneamente una lámpara en el centro de la baldosa, mientras que el resto se almacena en una batería o se utiliza directamente como alimentación de bajo voltaje en aplicaciones fuera de la red: alumbrado público, señalización, o sistemas de publicidad, o para cargar teléfonos móviles o dispositivos de sonido.
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“Doce baldosas podrían generar la luz que necesitan las farolas de dos calles. Lo hemos utilizado en festivales para que los asistentes puedan cargar sus móviles con la energía que producen al bailar”, explica Kemball.
El sistema de baldosas inteligentes se probó en los Juegos Olímpicos del 2012 en las inmediaciones del acceso al Parque Olímpico de Londres, donde se capturaron 12 millones de pisadas que produjeron 72 millones de julios, la energía suficiente para cargar 10.000 teléfonos móviles durante una hora.