Intacta e imperturbable. Así está la Voyager 1 y los científicos de la NASA con mucha expectativa tras el hito alcanzado por la sonda espacial, lanzada hace 48 años.
La sonda Voyager 1 “ha estado surcando silenciosamente el espacio desde 1977, y ahora, a casi 24 000 millones de kilómetros de la Tierra, ha alcanzado un importante hito cósmico”, informan en LA Lotus Festival.
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La NASA recuerda lo que se ha logrado con la Voyager 1, lanzada después de la Voyager 2, “pero debido a una ruta más rápida, salió del cinturón de asteroides antes que su gemela y la adelantó el 15 de diciembre de 1977”.
La Voyager 1 descubrió un anillo delgado alrededor de Júpiter y dos nuevas lunas jovianas: Tebe y Metis.
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En Saturno, la Voyager 1 detectó cinco nuevas lunas y un nuevo anillo, llamado anillo G.
Helioesfera y heliopausa
La Voyager 1, enfatiza la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos, “es el primer objeto creado por el hombre que se aventura en el espacio interestelar”.
La Voyager 1 fue la “primera nave espacial en cruzar la heliosfera, el límite donde las influencias del exterior de nuestro sistema solar son más fuertes que las del Sol”.
Lanzada para sobrevolar Júpiter y Saturno, la Voyager 1 cruzó al espacio interestelar en agosto de 2012 y continúa recopilando datos.
Ahora, informan en LA Lotus Festival, a casi 24.000 millones de kilómetros de la Tierra, “alcanzó un importante hito cósmico: acaba de cruzar una frontera invisible, pero poderosa conocida como la heliopausa, el límite donde termina el sistema solar y comienza el espacio interestelar”.
Explican que “la heliopausa no es una pared física visible. Es el punto donde el viento solar de nuestro Sol se encuentra con la presión del medio interestelar”.
¿Cómo es eso? “Imagínenselo como el punto donde dos ríos chocan, sus corrientes se empujan entre sí”.
La heliopausa, abundan en detalles, “es el verdadero límite de nuestro sistema solar. Dentro de esta zona, todo está influenciado por el campo magnético y el viento solar. Una vez pasada, la influencia del Sol se desvanece y nos encontramos oficialmente en el espacio interestelar”.
Llegar a esa zona es tan increíble como importante: “Se trata de adentrarse en un entorno completamente diferente, uno gobernado no por nuestro Sol, sino por la galaxia más allá”.
Hito cósmico de la sonda Voyager 1
La Voyager 1, enfatizan, “descubrió algo inesperado: una zona caliente y delgada: el llamado “muro de fuego”.
Ese muro ‘arde’ a 30.000 °C, pero destacan que “es una zona de la alta temperatura y esta se refiere a la energía cinética de partículas que se mueven increíblemente rápido, casi a la velocidad de la luz”.
Con información más sencilla, lo indican en LA Lotus: “Como el espacio exterior está tan vacío, esas partículas casi nunca colisionan. Es como estar dentro de un horno caliente... sin aire que transporte el calor”.
Sondas hermanas
Los científicos tuvieron “su primer vistazo a la heliopausa” el 25 de agosto del 2012, cuando la Voyager 1 ingresó por primera vez al espacio interestelar, informan en National Geographic.
“Lo que comenzaron a ver los dejó pensando. Por ejemplo, los investigadores ahora saben que el campo magnético interestelar es aproximadamente dos o tres veces más fuerte de lo esperado, lo que significa, a su vez, que las partículas interestelares ejercen hasta diez veces más presión sobre nuestra heliosfera de lo que se pensaba anteriormente”.
La Voyager 2 cruzó la heliopausa el 5 de noviembre de 2018, los científicos pudieron ver mucho mejor esta frontera. Esta sonda confirmó que la heliopausa es un borde con fugas y las fugas van en ambos sentidos. (I)