La forma en que una persona conduce puede dar pistas reveladoras sobre su salud cerebral, tal como lo haría un examen clínico. Un estudio hecho recientemente, en cientos de conductores mayores de 70 años que aún conducen regularmente, demostró que los patrones obtenidos a través de dispositivos GPS pueden identificar señales tempranas de deterioro cognitivo con una precisión cercana al 87%.

De acuerdo a Earth, los científicos encontraron que algunos adultos mayores comenzaron a mostrar cambios sutiles en su manera de conducir incluso años antes de desarrollar demencia durante la fase leve.

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En este periodo las personas presentan dificultades tempranas de memoria y de atención; sin embargo, puede ser prácticamente imperceptible en la vida cotidiana, pero deja huellas en la forma de desplazarse al volante.

La forma de conducir podría revelar detalles sobre la salud cognitiva | Foto: Cortesía Foto: Freepik

Funciones cognitivas necesarias para conducir

El estudio, que estuvo dirigido por el doctor Ganesh M. Babulal, de la Universidad de Washington y siguió a casi 300 adultos que usaron dispositivos GPS por más de tres años, detalla que conducir exige integrar varias funciones cognitivas, como la memoria, atención, visión, planificación y movimiento, esta es la razón por la que las alteraciones cerebrales pueden reflejarse tempranamente.

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Los resultados hallaron diferencias crecientes entre quienes mantenían una cognición normal y quienes desarrollaban deterioro cognitivo leve. Con el paso del tiempo, estos últimos empezaron a reducir la cantidad de viajes, evitar la conducción nocturna y optar por rutas más cortas y previsibles. Incluso la diversidad de destinos disminuyó.

Este tipo de datos convierte a la conducción en una herramienta potencialmente valiosa para detectar riesgos de enfermedades neurodegenerativas. Investigaciones previas ya habían sugerido que los patrones de manejo pueden delatar señales muy tempranas de Alzheimer, aun en personas aparentemente sanas.

Pese a los resultados, este prometedor método plantea desafíos éticos y de privacidad, pues aunque puede ofrecer un monitoreo discreto y sin necesidad de visitas clínicas, también requiere proteger la información, respetar el consentimiento y evitar usos discriminatorios.

(I)

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