Cada que está por finalizar un año, las personas empiezan a plantearse cuáles serán los nuevos propósitos a cumplir para que los siguientes 365 días sean mejores que los que se quedaron atrás.

El Gobierno de México detalla que no importa cuáles sean los propósitos de la lista, todos coinciden en el deseo de generar y lograr cosas buenas, tales como bajar de peso, conocer lugares nuevos, tener hijos, cambiar de empleo, ahorrar, entre otros..

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En la mayoría de los casos, la constancia para lograr las nuevas metas se mantiene durante los meses de enero y febrero, después muchos las abandonan y recaen en malos hábitos o viejas costumbres. Los cambios a largo plazo pueden ser más difíciles de lo que se piensa.

¿Por qué es tan difícil cumplir los propósitos de Año Nuevo?

Existen varias razones por las que pueden fallar los propósitos de Año Nuevo, entre ellas puede ser que se estén trazando metas poco realistas o se estén haciendo muchos cambios repentinos y se esté cayendo en la procrastinación. La clave es empezar a reconocer qué se está haciendo mal y qué se puede mejorar, reseña Mejor con Salud.

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Estas son algunas de las causas de por qué no se alcanzan estos propósitos y qué se puede mejorar:

1. Propósitos poco realistas

Al plantearse un propósito de Año Nuevo es posible que se establezcan objetivos muy complicados de alcanzar, algo que limita su realización y que detona frustración.

En este caso, lo mejor es buscar propósitos retadores y alcanzables, por lo que lo mejor será trazarlos en función del tiempo en el que se desean cumplir. Enfocarse en pequeñas metas a corto plazo. Un día a la vez.

La mejor forma de cumplir tus propósitos de Año Nuevo es con una lista de planes de acción Foto: Freepik

2. Cambios abruptos en muy poco tiempo

Para la mayoría, con la llegada del Año Nuevo trae consigo la oportunidad de adoptar un nuevo estilo de vida, por ello muchos en enero modifican sus rutinas, algo que puede resultar abrumador.

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En temas como las dietas alimenticias, estos cambios no deben hacerse bruscamente, ya que será insostenible a largo plazo y se caiga en el efecto rebote. Algo similar pasa si se empieza una rutina de alta exigencia o se pretende abandonar una adicción o comenzar a estudiar una carrera profesional nueva.

Una vez más, lo mejor es dar un paso a la vez, plantear los cambios de manera gradual para dar la oportunidad al cuerpo y a la mente de adaptarse.

3. No seguir el progreso

No hacer seguimiento del progreso de las metas trazadas puede ser una barrera a la hora de avanzar. Esto se debe hacer semanal o quincenalmente, para tener en cuenta lo que se puede mejorar o lo que está afectando a la realización del objetivo. Para ello se puede llevar un historial de logros.

(I)

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