Unos esposos, que disfrutan de su jubilación, pasan por la experiencia más amarga de los últimos años. Fueron engañados por falsos promotores turísticos que les hicieron recorrer por más de 3 horas, en Malasia, para hacerlos llegar a su destino. Un paraje inexistente …lo habían creado con inteligencia artificial.
La pareja fue burlada, estafada. Planificaron su viaje, invirtieron por sus días de descanso y todo les estalló como un globo ante sus ojos: era un lugar irreal.
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Los jubilados salieron, por carretera, desde Kuala Lumpur, la capital de Malasia, para llegar al estado de Perak, “convencidos de que en Gerik encontrarían una pintoresca atracción de teleférico llamada Kuak Skyride”, reseñan en El Confidencial y Travel Weekly Asia.
La pareja soñaba con ver ese teleférico que tanto les llamó la atención en el video.
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Video creado con IA
El video fue generado con Veo3, “el motor de inteligencia artificial generativa de Google, explican en el citado medio”.
Los jubilados no advirtieron nada que les hiciera sospechar. Al contrario, se lanzaron a la aventura. Medios aseguran que recorrieron unos 300 kilómetros.
Al llegar al poblado y registrarse en un hotel, lo primero que hicieron fue preguntar por el teleférico.
No había marcha atrás. Empleados del hotel entendieron todo y trataron de explicarles que eso no existía, que era producto de la inteligencia artificial.
Poco comprendían lo que escuchaban. Los esposos solo tenían en mente las imágenes que del pueblo Kuak Hulu habían visto.
Se trata de un material audiovisual de ‘TV Rakyat’, un canal de televisión que únicamente existe en un mundo virtual, detalla el medio.
“Las imágenes mostraban a una presentadora experimentando el Kuak Skyride, una atracción de teleférico supuestamente ubicada en el pueblo de Kuak Hulu, en Perak”.
La chica “recorría hermosos bosques y montañas en la góndola (cabina), entrevistando a clientes satisfechos y felices. Todo parecía perfecto, profesional y absolutamente real”, describe El Confidencial.
Al darse cuenta de la mentira en la que cayeron, con dolor e indignación, la mujer solo repetía: “¿Por qué le hacen esto a la gente?”. (I)