Entre críticas, que sabe esquivar y no se deja presionar, una migrante latina cuenta en Estados Unidos su experiencia como compradora de casas prefabricadas “made in” China.
“La persona que la está alquilando es un hombre solo y está feliz en su casita hermosa”.
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Esa es una de las tantas respuestas que ofrece Mailin -en redes se hace llamar Mai Algarete, y residenciada en territorio estadounidense.
La migrante ha adquirido dos viviendas prefabricadas y las mandó a traer desde China, cuentan en La Nación.
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Cada casa, de 70 metros cuadrados, le costó 15 mil 600 dólares. “Hay más baratas”, manifiesta.
Traerlas de China a un puerto de Estados Unidos costó 10 mil 200 dólares y por concepto aranceles canceló 9.900 dólares.
Una casa tiene 2 cuartos, dos baños y clóset. La otra dispone de 3 habitaciones, un baño y no tiene clóset. “No la diseñé así, se me pasó”, comenta en un video.
Ha logrado alquilar las dos, según lo mostrado en videos, y los inquilinos -un hombre y una mujer- están a gusto.
Le preguntan mucho sobre la seguridad de la casa, de su solidez. Y responde “que cada unidad se apoya en varias bases enterradas a 60 centímetros de profundidad y reforzadas con anclajes.
Cómo son las casas prefabricadas hechas en China
“Es muy cómoda”, expresa una mujer que alquiló una de las viviendas que logró traer Mai Algarete desde el gigante asiático a Estados Unidos.
Destaca que vive en una casa “práctica”, que cuenta con dos habitaciones, dos clósets, lavadora, secadora y cocina.
Ofrece, además, dos baños y porche.
La otra casa tiene tres habitaciones y un baño.
La joven reacciona a las críticas con este mensaje: “Tienen todas las comodidades y lo necesario para vivir bien”.
La mujer que alquiló una casa agrega: “Sí es adecuada para vivir bien, y hemos estado muy tranquilos”.
El otro inquilino se describe “feliz” de pasar sus días en esta vivienda.
Sin prejuicios
Los escépticos, que ‘disparan’ críticas en redes, reciben este mensaje de la migrante latina: “No se dejen llevar por las apariencias ni por los prejuicios”.
La inquilina reitera sentirse segura de estar en la casa prefabricada china.
Ha llovido, ha habido tormentas y señala: “No se filtra el agua”.
Y si pasa por días de calor, apela por el aire acondicionado. “Ni siquiera prendo todos los equipos. En realidad, con el de la sala está bien para todas las ubicaciones”, informa.
La inquilina lleva 4 meses viviendo en una casa prefabricada traída de China y no duda en continuar en ella: “Pensé que iba a ser diferente, la imaginé pequeña, pero no; es súper cómoda y superó mis expectativas. Todo está bien distribuido”.
(I)