Las humildes casas en las que muchas familias de un pueblo guatemalteco crecieron están quedando en el recuerdo. Han sido demolidas para dar paso a estructuras modernas, de bloque, hormigón, la mayoría de tres plantas y paredes cubiertas de colores pasteles o brillantes.

A estas viviendas que impresionan por sus barandillas, puertas y ventanales las llaman las casas de las remesas.

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Esas casas son producto del esfuerzo de quienes en su día decidieron migrar a los Estados Unidos para trabajar y enviar, desde California, Virginia, Texas o Florida, el producto de este, materializado en dólares o en quetzales , la moneda guatemalteca, para que sus familias progresaran y tuvieran un mejor techo donde vivir.

San Martín Sacatepéquez ya no es el mismo pueblo de hace quince años. La arquitectura cambió. También la mentalidad.

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Qué pasó en San Martín Sacatepéquez

En BBC Mundo recorrieron el pueblo, ubicado en el departamento de Quetzaltenango, y describen: “Las tradicionales casas con muros de adobe o ladrillo encalados son casi excepciones a ambos lados de la calzada, donde se levantan edificios de hormigón de dos a tres pisos, balcones metálicos, cristaleras reflectantes, iluminación LED y locales comerciales en la planta baja”.

En opinión de un arquitecto, oriundo de San Martín Sacatepéquez, el pueblo “se ha culturalizado en parte con la experiencia de Norteamérica, no solo en la forma de construcción, sino en el tipo de materiales que se están utilizando”.

Foto referencial: Pexels/Mikael Blomkvist

Jordi Muñoz es el profesional de la arquitectura. Dice a BBC que tiene mucho trabajo. Lo contactan paisanos, menores de 40 años, desde Estados Unidos, para hablarle de la casa de sus sueños.

“El cliente ya sabe qué es lo que quiere y envía los planos desde allá, nosotros hacemos la conversión a los planos de la región y procedemos a construir”, indica el arquitecto.

Muñoz analiza dos hechos en el tema de las casas de las remesas:

  1. Regresan al pueblo. “La mentalidad del guatemalteco es estar fuera 5, 6 o hasta 10 años y luego volver y disfrutar todo lo que trabajó por allá. Es un pequeño porcentaje el que quiere quedarse viviendo fuera”.
  2. Cambio cultural. “Se ha culturalizado en parte con esa experiencia de Norteamérica, no solo en la forma de construcción, sino en el tipo de materiales que se están utilizando”.

Antes, resalta, las viviendas en el pueblo eran de dos habitaciones y paredes blancas.

Hoy, son coloridas, espaciosas, modernas y “mixtas”. “Ahora quieren tener sí o sí locales comerciales en las casas”, explica Muñoz.

La casa de ‘estilo americano’ de María

BBC Mundo recorrió el poblado y difunde lo que sucede en este lar guatemalteco. Foto: BBC Mundo

María tiene a su madre en Estados Unidos, donde desde el 2011 trabaja limpiando viviendas en Virginia.

Vivía en una casa “improvisada de láminas”. Hoy, sus días transcurren en un caserón moderno, de dos plantas.

Cuenta que nunca se habría imaginado vivir en una casa de cuatro habitaciones. Tres ocupan ella y sus dos hijos. “El cuarto de mi mamá está cerrado”. Esperan que María vuelva y disfrute su vivienda.

“Ella quería tener una de esas casas que estaba limpiando, de estilo americano”, nos cuenta María.

Y lo logró. Ahorró durante 11 años. “Juntó dinero, trajo su diseño de Estados Unidos, encontró un albañil y él construyó el diseño que ella hizo”.

La planta baja de la casa, de paredes color naranja, tiene su local, donde María labora en su telar y, además, vende productos de uso diario.

Compiten por la mejor casa

Foto: Pexels/RDNE Stock project

BBC Mundo cuenta que tras manejar 30 kilómetros por las carreteras de Quetzaltenango llegaron a donde Antonio, un maestro de obra, recién terminó la “mansión” que su hijo Maynor soñó.

Maynor se marchó, hace tres años, de su aldea rural. En Estados Unidos tiene dos trabajos.

El papá dice que Maynor migró con una “obsesión”: Tener la casa más grande y bonita de su pueblo.

Antonio pudo levantar, con el dinero que envía su hijo, la mansión, que el medio británico describe: es de tres plantas, con balcones de barandas plateadas, ventanales de espejo, techos de teja roja y robustas columnas. Destacan como “imponente” la entrada techada y señalan que “la fachada combina blanco y ladrillo expuesto”.

Maynor le envió a su papá la foto de un diseño de una casa que vio en Estados Unidos y así construyeron la réplica en Guatemala. El papá expone que la mansión combina estilos coloniales y estadounidenses. Tiene una “cocina americana”, luces LED y pronto tendrá su jacuzzi.

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“Se ha creado una cultura de competencia para ver quién tiene la mejor vivienda, la más grande, la más espaciosa o la más moderna (…) Todo lo quieren con luces LED, quieren que las casas se automaticen, quieren controlar todo desde el teléfono”, enfatiza el arquitecto Muñoz.

Las casas de las remesas son una realidad en este lar de Guatemala, país ubicado en el extremo norte de Centroamérica.

Desde su moderna vivienda, donde tiene el telar, María señala convencida: “Mi mamita cumplió su sueño, el sueño americano”.

Con información de BBC Mundo

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