Cuando la tragedia parecía inminente y la muerte acechaba a miles de animales cercados por el hielo… la música clásica hizo el milagro. Sacó lo mejor de su magia para salvar la vida de esas especies en el Ártico.
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Mientras llegaba ayuda profesional, el rompehielos, la gente se abocó a alimentar a los animales “con pescado congelado”. Conoce la impresionante historia.
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