Al dormir con tu perro, además de crear vínculo con tu mascota, se puede aumentar los niveles de oxitocina, conocida como la “hormona de la felicidad”, lo que reduce el estrés tanto en humanos como en tu mascota.

Desde la ciencia informan que “esta interacción incluso tiene posibles beneficios para la salud cardíaca, fortaleciendo la conexión emocional entre usted y su perro”.

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En National Geographic informan que alrededor del 70% de las personas que tienen un perro le permiten dormir en su cama.

Y aseguran que “los estudios demuestran que las personas que duermen con su perro acostumbran a tener mejor calidad de sueño”.

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Una opción, no una necesidad

Foto: Pexels/ Jep Gambardella

Sandra Mitchell, médica veterinaria, ofrece su opinión sobre si compartir o no la cama con estos compañeros amorosos y peludos.

“Es más fácil relajar las reglas más adelante que romper con los malos hábitos”, indica.

¿Por qué dice eso la veterinaria?

Para la especialista, establecer límites tempranos es clave.

“Es mejor aceptar a su perro en su cama después de que esté completamente entrenado y madure emocionalmente”, aconseja desde Complexions Dance.

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Así, “su perro debe saber cómo mantenerse tranquilo durante la noche sin despertar constantemente ni exigirle atención.

La veterinaria expresa: “Darle a tu perro un espacio propio, seguro y cómodo le ayuda a sentirse seguro, por lo que dormir en tu cama puede convertirse en una opción, no en una necesidad”.

Si su perro va a dormir contigo, prioriza el bienestar de ambos, destaca.

Aseo e higiene

Foto: Yogendra Singh /Pexels

Quien tiene un perro, o cualquier mascota, sabe el compromiso que asume para cuidar la salud de su compañero.

La veterinaria Mitchell recuerda que “el aseo y los baños regulares son importantes, junto con las visitas veterinarias regulares y los tratamientos antiparasitarios”.

Si duermes con tu perro aconseja usar un protector de colchón y lavar la ropa de cama con frecuencia. Es cuestión de higiene.

“Esto garantiza que el espacio compartido para dormir se mantenga limpio y cómodo, libre de insectos y alérgenos”, detalla en Complexions Dance.

Dato adicional: salud mental

Señalan en National Geographic que la ciencia avala que dormir con las mascotas también tiene un efecto positivo sobre la salud mental.

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Consultan a Raj Dasgupta, profesor de medicina clínica en la Universidad del Sur de California, quien expone: “La gente con depresión o ansiedad puede beneficiarse de tener a su mascota en la cama, ya que hace las veces de cojín o de manta y es una criatura a la que pueden abrazar, lo cual rebaja los niveles de ansiedad”.

Excepciones

La veterinaria Mitchell habla de desafíos a la hora de dormir con un perro.

Indica que las razas con mucha energía “pueden tener dificultades para calmarse, mientras que algunas personas simplemente no pueden permitirse interrupciones del sueño por motivos de salud”.

Suma, igualmente, el problema de los riesgos para la salud: “Los perros pueden ser portadores de pulgas, garrapatas y parásitos intestinales”.

Las personas con alergias, plantean en ‘National’, “deberían evitar por todos los medios no solo dormir con sus mascotas, sino evitar que estas se suban a la cama”.

Reacciones

Foto: Pexels/Meruyert Gonullu

Boyd: “Dormí con mi perrito durante 15 años. ¡Nunca había tenido un vínculo tan fuerte con ningún humano! Lo mantenía bañado, vacunado y libre de pulgas y parásitos. Nunca tuve ningún problema. ¡Lo extraño casi todos los días!“.

Angie: “Duermo con mi pastor alemán de 2 años. Me hace sentir segura y se mantiene tranquilo toda la noche. Somos muy unidos. Sí, lo baño con regularidad y no tiene plagas. También uso una funda de colchón y limpio mi ropa de cama (¡nuestra ropa de cama, jaja!) semanalmente".

Lahoma: “Mi perro ha dormido en la cama desde que lo traje a casa. Hace casi años. Dormimos bien. Se despierta cuando yo me despierto. Si necesita hacer sus necesidades en mitad de la noche, sale por la puerta para perros y vuelve a la cama. Lo baño con regularidad y le pongo sus vacunas y lo peino. Es un buen cachorro. Te quiero mucho, Jack”. (I)

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