En el valle de Ferganá, en Uzbekistán, investigadores de China y realizaron nuevos descubrimientos arqueológicos. Uno de los objetos encontrados es una moneda antiquísima con un agujero cuadrado. Es de suma importancia porque “ese valle fue un cruce de caminos vital a lo largo de la antigua Ruta de la Seda”.

El medio chino CGTN señala que “la excavación conjunta ha desenterrado artefactos poco comunes y pistas culturales que arrojan luz sobre las primeras conexiones entre Asia Oriental y Central”.

La moneda

Cuando iniciaron las excavaciones los expertos hallaron seis tumbas y los cimientos de dos edificios.

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En enero de este año, los arqueólogos chinos comenzaron con el trabajo de conservación de la tumba número 2.

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Realizaron trabajo de eliminación de óxido y conservación en una moneda de cobre y varios espejos de bronce.

“La moneda tenía una inscripción y aún investigamos su origen dinástico y si fue llevada a Uzbekistán a través del intercambio cultural”, explicó Han Huarui, investigadora adjunta de la Academia de Ciencias Sociales de China, para CGTN.

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Foto: captura de video CGTN

Los espejos tenían motivos de la dinastía Han, de China.

Las piezas conservadas incluyen 22 objetos metálicos, 21 piezas textiles y un brocado.

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El brocado con tejido tipo “Jin” plantea interrogantes sobre su procedencia, ya que la región no tenía tradición de seda, informaron en TV BRICS.

Indicaron que, según los investigadores, estos descubrimientos refuerzan las evidencias de intercambios diplomáticos y culturales tempranos entre China y Dayuan, un antiguo estado centroasiático situado en el actual Valle de Ferganá (o Fergana).

La Ruta de la Seda

La Ruta de la Seda conectaba Eurasia con el norte de África. “Y se comerciaba mucho más que solo seda”.

Detallan en Oer Project la historia de esta ruta.

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Cerca del final del siglo II a.C., la dinastía Han, dirigida por el emperador Wu, “estaba en conflicto con las comunidades nómadas, llamadas Xiongnu”.

Los jinetes de Xiongnu habían saqueado los asentamientos chinos a lo largo de la frontera septentrional por muchos años.

Después de organizar muchas campañas contra los Xiongnu, el emperador Wu decidió que era hora de encontrar una nueva fuente de caballos si alguna vez pretendían triunfar en esta pelea.

Es así que resolvió enviar a un representante, de nombre Zhang Qian, para encontrar aliados que pudiesen combatir a los Xiongnu.

Zhang regresó a China, “ansioso por hablar sobre las maravillas que había visto en Ferghana (actual Uzbekistán, en Asia Central). Esta región producía arroz, trigo y uvas, pero era mejor conocida por sus caballos legendarios, fuertes y ‘celestiales”.

Como elemento de comercio, estos “caballos celestiales” de Ferganá eran tan apetecidos en China como la seda en Roma. China -dice Oer Project- importó tantos caballos que la gente de Dayuan que controlaba el valle de Ferganá dijo “¡basta!”.

Los comerciantes no se quedaron de brazos cruzados y para encontrar maneras de trasladar la mercancía de forma eficiente apostaron a los camellos.

La tierra no era la única ruta de viaje. “Los comerciantes hicieron uso del océano para transportar mercancías también”.

Enfatiza Oer Project que el hecho de que China siguiera siendo el único productor y distribuidor de seda significó que los bienes comerciales continuaran viajando por Asia. (I)

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