Las semillas empiezan a ocupar un lugar destacado en la dieta de cientos de personas, gracias a los nutrientes que contienen. Estos pequeños alimentos son fuente rica de proteínas, grasas, fibra, vitaminas y minerales, características que las hacen altamente nutritivas y que no tienen nada que envidiar a otros alimentos más reconocidos.
A pesar de sus beneficios, hay que vigilar con atención la cantidad que se consume. Como en muchas áreas de la alimentación, el exceso puede ser perjudicial, y las semillas no son una excepción.
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¿Qué cantidad de semillas se pueden comer?
De acuerdo con El Universal de México, el consumo de semillas es beneficioso siempre y cuando se limite a una cucharada diaria.
Esta cantidad es considerada suficiente para aprovechar sus nutrientes y evitar riesgos asociados a su consumo excesivo porque, tal como apunta el mencionado portal, entre las contraindicaciones se destacan aquellas relacionadas con el ácido fítico, presente en la mayoría de las semillas.
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Esta sustancia, aunque no necesariamente perjudicial en cantidades moderadas, puede interferir en la absorción de minerales como el hierro, calcio y zinc en personas con sistemas inmunológicos debilitados o deficiencias nutricionales.
En estos casos, la incapacidad del organismo para absorber estos nutrientes puede ser un verdadero problema.
Otra preocupación es la presencia de lectinas, proteínas que pueden irritar el revestimiento intestinal en algunas personas y provocar inflamación.
Además, muchas semillas son densas en grasas y calorías, lo que podría contribuir inadvertidamente al aumento de peso si se consumen en grandes cantidades y no se ajustan las porciones a las necesidades diarias.
Estas semillas te aportan omega 3 y 6, magnesio y también estimulan la producción de proteínas
Una creencia común, aunque actualmente no respaldada por la ciencia, apunta a que las personas con diverticulosis deberían evitar las semillas. Se pensaba que sus pequeñas partículas podían quedar atrapadas en las bolsas del revestimiento intestinal, lo que podría agravar la condición.
Desde el portal antes citado recomienda que para maximizar los beneficios de las semillas y reducir los efectos negativos del ácido fítico, hay que activar las semillas, esto no es más que remojarlas en agua durante varias horas, lo que facilita su digestión y mejora la absorción de nutrientes.
(I)
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