Los neutrófilos son un tipo de glóbulo blanco cuya principal tarea es trabajar en el sistema inmunitario para combatir las infecciones del cuerpo. Estas células sanguíneas son las primeras en reaccionar cuando al cuerpo entran microorganismos como bacterias o virus.

El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos señala que entonces las células van al lugar de la infección y eliminan los microorganismos, ya sea atrapándolos o liberando enzimas que los destruyen. En este sentido, los neutrófilos también se encargan de estimular la respuesta de otras células inmunitarias.

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El nivel de neutrófilos se puede determinar con un examen de sangre | Foto: Freepik

¿Qué pasa si alguien tiene el nivel de neutrófilos altos?

Los valores normales de los neutrófilos están en un rango de entre 1.500 y 8.000 células por microlitro de sangre; por ende, si el examen de sangre muestra que están por encima de eso, se puede traducir como que el cuerpo está reaccionando a condiciones estresantes, como una infección aguda, actividad física en exceso, un traumatismo, inflamación, trastornos sanguíneos o deshidratación. A esto se le llama neutrofilia.

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El portal Mejor con Salud señala que aunque, de entrada se puede interpretar como algo de qué preocuparse, esta medición por sí sola es insuficiente para hacer un diagnóstico certero. Entonces, el médico debe tomar en cuenta otros parámetros, como los síntomas físico que está presentando la persona y en consecuencia, mandar a hacer otras pruebas adicionales.

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¿Se puede tratar la neutrofilia?

Sí, los neutrófilos pueden tratarse para que vuelvan a sus niveles normales, pero antes hay que tratar a la enfermedad que los está aumentando. En ocasiones, el cuerpo puede eliminar el problema que produjo dicha alteración.

Aunque no siempre se puede prevenir la neutrofilia, hay algunos cuidados que se pueden realizar para mantener los valores estables, entre ellos destacan los siguientes:

  • Ejercicio físico moderado y regular.
  • Vacunarse según la edad y condición.
  • Tener una buena higiene de las manos.
  • Ir al médico regularmente.
  • Comer alimentos ricos en vitaminas, minerales y compuestos antioxidantes.

(I)

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