Mantener la cocina libre de platos, ollas y vasos sucios, tender la cama apenas segundos después de ponerse en pie, no dejar ropa tirada en el baño ni habitación, y detallar si las sillas del comedor quedan alineadas alrededor de la mesa, o llegar al punto de verificar a diario si los cuadros de su sala no se ven ‘como si el peso los tumbara hacia un lado’ son motivos más que suficientes para que el buen humor se le prolongue a la abogada Claudia Linares. En su casa, el desorden no tiene cabida.