El hambre puede convertirse en algo incómodo para más de uno. Y es que poco después de comer un platillo delicioso a algunas personas las invade una sensación de volver a tener hambre.
Sebastián La Rosa, un doctor homeópata, explica en un video de su canal de YouTube algunos de los misterios detrás de esta situación curiosa.
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¿Qué pasa si tengo hambre todo el tiempo?
En primer lugar, La Rosa menciona que el hambre y la saciedad están controlados por dos hormonas: la grelina, que indica cuando se tiene hambre y la leptina, encargada de la saciedad y que le avisa al cerebro que el estómago está lleno.
Sin embargo, hay un fenómeno llamado resistencia a la leptina. En pocas palabras, significa que es necesaria más leptina para sentirse satisfechos. Esto puede acarrear problemas de salud.
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“Es importantísimo que sepamos resolver (la resistencia a la leptina) porque no solamente nos previene de enfermedades sino que nos permiten sentir saciedad con una cantidad de alimento normal y no exagerada”, apunta.
El doctor destaca que dos factores principales provocan esta resistencia, como los niveles de insulina y azúcar en sangre, y, por otro lado, la cantidad de proteínas y aminoácidos que se consumen.
Menciona una hipótesis interesante, llamada la “hipótesis del apalancamiento proteico”, que afirma que la saciedad depende en gran medida de la cantidad de aminoácidos y proteínas que se ingieren a diario.
“Es lógico que tengamos que consumir una cantidad de proteínas y una cantidad de aminoácidos esenciales determinada para poder sentir saciedad y que nuestro cuerpo nos diga listo, ya tenemos toda la materia prima que necesitamos para construir tejido”, precisa.
Si se logra cumplir con los requerimientos de proteínas, es probable que las personas se sientan satisfechas con raciones adecuadas, en lugar de tener que llenar el plato de carbohidratos.
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“Si nosotros cumplimos con nuestra cuota de aminoácidos todos los días, y nuestra cuota de proteínas diarias vamos sentir un nivel de saciedad con una cantidad de alimentos y no con una cantidad exagerada de alimentación como le pasa a la gran mayoría que basa su alimentación en hidratos de carbono y no proteínas”, indica el doctor.
Por otro lado, La Rosa menciona que no son solo las proteínas las que influyen en la saciedad; también están los azúcares. Un alto consumo de azúcares puede provocar fluctuaciones en los niveles de glucosa, que a su vez alimentan la resistencia a la leptina y la insulina.
Para combatir esto, recomienda reducir los alimentos con alto índice glucémico, ya que mantener los niveles de azúcar estables no solo mejorará la salud a largo plazo, sino que facilitará otros aspectos.
“La gente suele sorprenderse de que su dieta suele estar basada en más hidratos de carbono de lo que nosotros nos imaginamos, por ende, para tener más saciedad hay que cumplir con la cuota de proteínas y aminoácidos esenciales en tu día a día en tu alimentación”, indica el médico que también aconseja llevar un registro de lo que se come, observando los porcentajes de proteínas, grasas y carbohidratos.
(I)
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