Muchas personas no toman en cuenta la vida después del trabajo. Se cree que la jornada laboral es donde ocurre la acción y que el relax solo llega cuando llega la hora de salir, pero ¿qué pasa después de esas ocho (o más) horas de trabajo? Resulta que repetir un patrón podría provocar problemas de salud.
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La neurocientífica Mona Moisala lo explica en su libro “Estúpida vida laboral: cómo salvar el cerebro de un trabajador intelectual”, reseñado por el portal Ilta Sanomat.
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¿Qué pasa después del trabajo?
Moisala advierte que si las personas no encuentran formas de descansar durante la jornada laboral, las consecuencias son palpables.
“Nos hemos exprimido todo el jugo durante la jornada laboral y ya no hay energía suficiente para nada más activo”, afirma la experta.
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Si después de un día extenso de trabajo, las personas se desploman en el sofá, mirando sin pensar la pantalla del televisor, porque simplemente no tienen energía para nada más. Eso no solo es común, también es un signo de que algo está mal.
“Si este es un patrón habitual que se repite continuamente después de una jornada laboral, conviene prestarle atención, ya que puede presagiar agotamiento”, advierte.
La experta asegura que el cerebro necesita su tiempo de recarga. A lo largo del día, el estado de alerta y eficiencia no son constantes; van y vienen en ciclos.
Es natural que se tengan momentos de gran energía, pero también hay bajones. Y el secreto está en permitir que el cerebro descanse incluso mientras están en el trabajo.
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“A nivel neurofisiológico, nuestro estado de alerta y eficiencia laboral varían cíclicamente a lo largo del día. Nuestro sistema nervioso funciona en ondas. Durante una jornada laboral, nuestro cerebro tiene tiempo de pasar por muchos ciclos por lo que en ocasiones nos encontramos naturalmente en un estado más energético y eficiente. A veces el estado de alerta disminuye de forma natural, por lo que es natural -y también necesario- que el cerebro pueda recargarse ya durante la jornada laboral.”
Esto no solo mejorará el rendimiento, también ayudará a disfrutar más del tiempo libre.
A juicio de Moisala, “los momentos de inactividad son un requisito previo para ser bueno y eficiente en el trabajo. Incluso un pequeño momento para dejar que la mente se aclare es como una inyección nutritiva y estimulante para el cerebro”.
(I)
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