Los alimentos inciden directamente en los niveles de azúcar en la sangre, aunque hay algunos que tienden a aumentarlos más que otros.
El portal One Touch explica que los pacientes diagnosticados con diabetes deben saber tanto lo que deben comer como la cantidad correcta, de modo que puedan controlar sus valores de azúcar en la sangre. Los tres principales nutrientes de los alimentos son los hidratos de carbono (carbohidratos), las proteínas y las grasas.
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¿Cómo transformar los carbohidratos en fibra?
Una bioquímica francesa llamada Jessie Inchauspé se ganó el apodo de “la diosa de la glucosa” por tener un enfoque distinto sobre este tema: halló la manera de transformar los carbohidratos en fibra a través de un procedimiento simple, centrándose en pequeños cambios en la alimentación para mejorar la salud metabólica.
Su secreto es saber manipular el almidón que se encuentra en alimentos como el arroz, el pan y las papas. La idea es enfriar o congelar y posteriormente recalentarlos. Según La Nación este proceso promueve una transformación en su estructura, convirtiéndolos en almidón resistente, que es un tipo especial de fibra que beneficia de gran manera a la salud.
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La bioquímica asegura que el almidón resistente funciona de una manera similar a la fibra, ya que pasa por el intestino delgado sin ser digerido y cuando llega al intestino grueso, se transforma en un alimento ideal para las bacterias buenas. De esta manera disminuye su impacto en los niveles de azúcar en la sangre, permitiendo un aumento gradual y sostenido de la glucosa en vez de provocar picos bruscos.
¿Cómo aplicar esta técnica en los alimentos cotidianos?
Esta técnica se puede probar en alimentos básicos y de consumo diario, tales como el arroz, las papas y el pan, así es el proceso:
- Cocinar: el alimento se cocina de manera habitual.
- Enfriar o congelar: después de estar cocido, el alimento se deja enfriar o se congela por algunas horas (es importante para permitir la transformación del almidón).
- Recalentar antes de comer: antes de comer el alimento se debe recalentar, algo que asegura que el almidón resistente se mantenga en el alimento y aporte los beneficios de la fibra.
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