Hay quienes prefieren preparar una salsa desde la comodidad de su cocina y con ingredientes de su despensa, pero cómo hacer una salsa de tomate casera de manera que no produzca molestias digestivas o reflujo.

Como sabes, la salsa de tomate es muy popular “para agregar un toque dulce y ligeramente ácido a los alimentos y las recetas”, como describe Marking.com.

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“La producción de la salsa implica cocinar los tomates, quitarles las semillas y los tallos con un colador, usar una trituradora o molino y luego cocinarlos nuevamente hasta obtener la consistencia deseada”, agrega dicho sitio web sobre la preparación industrial.

La preparación de la salsa de tomate casera es fácil y requiere pocos ingredientes. Foto: Freepik.

La ventaja de la preparación casera es que se puede hacer al gusto de cada personas, en caso de que la desee más líquida o más espesa, o personalizarla añadiendo ingredientes extras a los tomates como cebolla, pimiento, orégano u otras hierbas aromáticas, como se sugiere en Aceite de oliva de España.

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¿Cómo evitar las molestias digestivas con salsa de tomate casera?

Este ingrediente típico de la gastronomía tiene un ligero sabor ácido que en ciertas personas puede producir molestias digestivas.

Esta acidez se debe al ácido cítrico y el ácido málico que contienen los tomates y que pueden afectar a quienes padezcan de sensibilidad estomacal además de producir reflujo.

Por lo tanto, desde Infobae se menciona cuál es el ingrediente eficaz que puede añadir a la salsa de tomate casera para evitar dichas molestias.

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Al respecto se sugiere usar el bicarbonato de sodio ya que puede neutralizar la acidez sin interferir en el sabor de los tomates como indica el medio.

Solo debe agregar pequeñas cantidades de bicarbonato en la salsa mientras se cocina, removiendo bien. Foto: Pixabay.

Con el bicarbonato de sodio el pH de la salsa se vuelve menos ácido ya que actúa como un neutralizante convirtiendo los ácidos en sales y agua.

¿Cómo preparar la salsa de tomate casera?

Para preparar la salsa de tomate casera fácil solo debes seguir los siguientes pasos:

  • Cocinar a fuego lento 500 gramos de tomates frescos
  • Añadir ajo y cebolla
  • Remover hasta que estén suaves y suelten sus jugos
  • Añadir una pizca de sal, albahaca y orégano frescos al gusto
  • Agregar una pizca o 1/4 de cucharadita de bicarbonato de sodio
  • Revolver ligeramente hasta notar que la salsa empieza a burbujear
  • Cocinar por un par de minutos más

Es necesario que pruebe la salsa para asegurarse de que el bicarbonato de sodio haya reducido la acidez. Si lo considera puede añadir un poco más pero sin exceder.

(I)

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