El nacimiento de las repúblicas latinoamericanas fue un proceso complicado y hasta doloroso. El hecho de haber sido un espacio dominado por una visión de conquista por parte de un imperio dejó una profunda impronta en la estratificación social, en la cultura y en la economía de esta vasta geografía. Friedrich Hegel, el gran filósofo alemán, observó en una ocasión que mientras la América del Norte había sido colonizada, la del sur fue conquistada.

Es probable que allí se encuentre el punto de inflexión de realidades que se construyeron sobre distintos cimientos y que caminaron por senderos diferentes. En el caso del Ecuador, el proceso de construcción de una república –no se diga de una nación– tuvo peculiaridades históricas que le dieron cierta complejidad. Un proceso que para muchos aún sigue inacabado.

Friedrich Hegel, el gran filósofo alemán, observó en una ocasión que mientras la América del Norte había sido colonizada, la del sur fue conquistada".

Con ocasión del bicentenario de la declaración de independencia de Guayaquil, este Diario tuvo el acierto de auspiciar la publicación de una nueva edición de un libro escrito por el historiador ecuatoriano Julio Estrada Ycaza (1917-1993) sobre la contribución de los guayaquileños a la construcción de lo que hoy es Ecuador. El libro lleva por título La lucha de Guayaquil por el Estado de Quito (Guayaquil, 2020, p. 425), el cual ha sido editado por Cecilia Estrada Solá, hija del mencionado historiador.

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En su primera edición, publicada en 1984, la obra se extiende en dos tomos; pero el contenido, la línea argumentativa del autor y, sobre todo, la riqueza de las fuentes bibliográficas y la rigurosidad del análisis histórico se han conservado en la nueva edición. Una obra vasta y ambiciosa, en la que Estrada se propone demostrar, por un lado, que la gesta libertaria de Guayaquil no fue sino obra de los propios guayaquileños, y no de Bolívar o San Martín; y por el otro, que los sentimientos independentistas de Guayaquil siempre apuntaron a la creación de un nuevo Estado que debía llevar el nombre de Quito.

Julio Estrada Ycaza es autor de prestigio internacional, cuyas obras son de obligada referencia para quien desea conocer algo de nuestro pasado y ver si así logra entender nuestro presente".

Como bien advierte la editora, la visión de Olmedo fue siempre la de mantener a la naciente república unida, no obstante las rivalidades regionales que comenzaban a aflorar, o probablemente debido a ellas. El autor –que dedica su libro a “los Quiteños de 1820-1822”– logra demostrar que las voces que reclamaban por la constitución de Guayaquil como una república por sí misma nunca fueron significativas ni echaron raíces en la visión de los líderes de la época.

Son de lo más interesantes las abundantes referencias que el libro trae a cartas de viajeros y extranjeros con sus impresiones sobre los hechos de la época. Tiempos difíciles, sin duda alguna, de lo que sería luego nuestro país. Estrada es autor de prestigio internacional, cuyas obras son de obligada referencia para quien desea conocer algo de nuestro pasado y ver si así logra entender nuestro presente.