Tengo 57 años, soy docente de colegio, mi esposa tiene 42. Ella es contadora, es muy inteligente, bonita; tenemos tres hijos, uno adulto y dos adolescentes. Somos unidos, felices y esta pandemia nos ha unido más, porque tengo tiempo para el hogar. Ella trabaja cinco horas y su lugar de trabajo es cerca de casa. El asunto es que cuando quiero invitarla a tener relaciones íntimas siempre me rechaza, aduciendo que está cansada, y cuando lo hacemos siento que la fuerzo. Antes me permitía acariciarla, ahora no. A veces es despectiva, me saca en cara mis errores, lo cual considero que está bien, así tomo los correctivos; pero me preocupa su rechazo. ¿Qué puedo hacer? ¿Y si ella está pasando una crisis y no quiere decirme? A veces sospecho de una tercera persona, pero luego me arrepiento, porque no creo que llegue a ese extremo. Le agradecería mucho sus consejos.
Jaime,
Guayaquil

Estimado lector, me alegra saber que durante la pandemia se ha sentido más unido a su esposa, no todas las parejas han tenido esa suerte, de hecho, algunas han llegado hasta la separación. Pero si en la esfera específicamente sexual ha disminuido el deseo de su esposa, puede deberse a múltiples causas que deberán ser analizadas por ustedes de manera tranquila, como algo que les está sucediendo como pareja, sin culpabilizar o señalar a su esposa como responsable.

Posiblemente se avance más rápido en la solución con ayuda de un especialista en el campo de la sexología y/o terapia de pareja. Habrá que descartar problemas médicos comunes que disminuyen el deseo, como hiperprolactinemia, premenopausia, uso de anticonceptivos, hipotiroidismo, entre otros.

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En muchas ocasiones, el estrés laboral afecta, aunque hayan disminuido las horas de trabajo; el mejor ejemplo es el de los que están con teletrabajo. No descartaría que el cansancio sea por una sobrecarga, ya que, además del trabajo externo, el cuidado de la casa y de los miembros de la familia en esta pandemia es más complejo y agobiante. En la mayoría de las pacientes que veo en mi consulta por inhibición del deseo sexual hay un claro componente depresivo, que suele mejorar con psicoterapia y psicofármacos especiales que ayudan a nivel emocional y sexual.

Dr. Germánico Zambrano Torres,
psiquiatra sexólogo, miembro de la Asociación Mundial de Sexología.
Telf.: 098 897 8112