Esta es una de las "amistades" más frías del espectáculo, y a menudo es definida como una relación difícil. La reina Isabell II y Margaret Thatcher, la Primera Ministra del Reino Unido de 1979 a 1990, son dos líderes que nacieron con tan solo cinco meses de diferencia y evidentemente tiene perspectivas muy distintas de la sociedad.

Tanto resonó en la sociedad esta relación que incluso varios medios en 1986 brindaban la portada de sus revistas y periódicos a la tensa relación entre Isabel II y Thatcher.

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Según una publicación de la revista Vanity Fair, muchos de los antiguos políticos, funcionarios públicos y cortesanos que coincidieron con ellas en esa época concuerdan que la relación entre la reina y la primera ministra era bastante difícil.

Isabel II y Thatcher eran mujeres muy diferentes con antecedentes distintos que debieron unirse durante un periodo que, hasta ahora, se ha considerado como el más violento de la historia.

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La carga de Thatcher contra los derechos laborales, las empresas del gobierno y los recortes en salud y educación le posicionaron ideológicamente más a la derecha que Isabel II, quien es más de izquierda, según el historiador británico Ben Pimlott.

La primera ministra se oponía a la huelga y buscaba reducir el poder de los sindicatos. También a menudo se hace referencia al desacuerdo entre Isabel II y Thatcher sobre el apartheiden Sudáfrica: Thatcher estaba en contra de las sanciones y la reina las apoyaba.

Incluso se ha documentado que durante los años de Thatcher en el Gobierno, la reina se sentía alterada por la evidente división de la nación.

La noción de que la Reina condenaba las medidas económicas de Thatcher y su política internacional (el conflicto de las Malvinas y el respaldo de la ministra al apartheid) se convirtió en una bola cargada de chismes y rumores infundados que fueron desmentidos una y otra vez desde la casa real y la propia Primera Ministra, quien externó públicamente su admiración por Isabel.

La reina por otro lado, se indignó por la salida abrupta de ‘la Dama de Hierro’ de Downing Street, y a los 12 días de su destitución le condecoró con la Orden del Mérito, uno de las más altas distinciones de la Corona británica. (E)